La mayoría de los jabones, detergentes y otros productos de limpieza que se utilizan en el hogar contienen agentes químicos que pueden resultar agresivos con el medio ambiente, por lo que reducir al máximo su utilización no sólo contribuye activamente a disminuir la contaminación del agua y otros recursos naturales, sino también ayuda a prevenir alergias, irritaciones y otros problemas de salud.
Con el objetivo de proteger el medio ambiente se recomienda leer con atención las etiquetas de cada producto a fin de utilizar la medida mínima necesaria y en la medida de lo posible sustituirlos por limpiadores orgánicos o por componentes menos agresivos que se encuentran de forma cotidiana en el hogar. Por ejemplo, tres cucharadas de bicarbonato de sodio disueltas en media taza de vinagre con algunas gotas de aceite de pino, funcionan como desinfectante para pisos, mientras que el papel periódico mojado resulta ideal para limpiar vidrios y ventanas.
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