El mundo ha cambiado drásticamente. Ya no vivimos en un mundo deshabitado, con relativamente pocos seres humanos con sus utensilios. Ahora vivimos en la «era del Antropoceno», en un mundo de abundancia; en una era en la que la actividad humana está alterando drásticamente sus sistemas ecológicos de subsistencia. Nuestros conceptos y modelos económicos tradicionales fueron desarrollados en un mundo «»vacío». Si queremos crear una prosperidad sostenible, si buscamos «mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica», vamos a necesitar una nueva visión de la economía y su relación con el resto del mundo, una visión que se adapte mejor a las nuevas condiciones a las que nos enfrentamos.
Vamos a necesitar una economía que respete los límites del planeta, que reanude la dependencia del bienestar humano con las relaciones sociales y la justicia, y que reconozca que el objetivo final es el bienestar humano real y sostenible, no solo el crecimiento del consumo material.
La nueva visión reconoce que la economía está integrada en una sociedad y una cultura que a su vez están integradas en un sistema ecológico vital, y que la economía no puede crecer para siempre en este planeta finito.
La celebración del Día Mundial de la Justicia Social busca apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos.
La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro los países y entre ellos. Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la justicia social universal representa el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.
La adopción por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo sobre la justicia social para una globalización equitativaes un buen ejemplo de este compromiso. La Declaración se centra en garantizar resultados equitativos para todos a través del empleo, la protección social, el diálogo social, y los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
El logro de esta justicia social está también estrechamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Si quieres paz y desarrollo, trabaja por la justicia social
La justicia social es un principio subyacente para la coexistencia pacífica y próspera entre las naciones.
La OIT estima que en la actualidad alrededor de 2000 millones de personas viven en situación de fragilidad y se ven afectadas por conflictos, de las cuales más de 400 millones tienen entre 15 y 29 años.
La creación de empleo de mayor calidad y un mejor acceso al trabajo para el 40 por ciento de los más desfavorecidos podría significar un aumento de los ingresos y contribuir a que las sociedades estuviesen más cohesionadas y fueran más equitativas. Por este motivo, son importantes para prevenir conflictos violentos y abordar los desafíos posteriores al conflicto.