Continuamos con las tribulaciones en Industrias Oliver sobre su intensificación de prácticas responsables. En los capítulos anteriores, que recomendamos leer primero (disponible en http://www.cumpetere.blogspot.com/ ), dejamos a Lorenzo Coll, recién nombrado a cargo a coordinar las actividades de responsabilidad social de Industrias Oliver, acordando con Clara, su asistente, la estrategia a seguir.
En la oficina de Rafael Payeras, Vicepresidente de Administración de Industrias Oliver
Lorenzo: Como te adelanté por teléfono, queremos hablar contigo sobre lo que podemos hacer para reducir nuestra huella ecológica y mejorar la gestión del personal.
Rafael: De acuerdo, ¿qué sugieres que hagamos en el asunto de la huella ecológica? Por cierto, le tendrás que explicar a más de uno en el Consejo eso de “huella ecológica”.
Lorenzo: ¡Lo explicaremos con resultados! Hablemos de consumo de agua, de electricidad, papel, etc. Empecemos por las oficinas centrales, después atacaremos las filiales y proveedores, que son más complicadas. Por ejemplo, podríamos hacer una campaña de reducción y reciclaje del agua. Y aunque creo que los precios que pagamos no reflejan el verdadero costo, creo que debemos hacer lo posible por reducir su consumo, en este país donde el agua escasea. He oído decir que los nuevos urinales sin agua para hombres pueden ahorrar más de 100.000 litros anuales cada uno.
Rafael: Estoy de acuerdo con lo de ahorrar agua, ahorraremos dinero y crearemos conciencia del recurso escaso. Pero aunque esos ahorros de los urinales sean verdad, supongo que sabes que reemplazarlos cuesta mucho dinero.
Lorenzo: No te digo que los reemplacemos todos a la vez, sino poco a poco, digamos sobre un año. Mientras tanto vamos teniendo ahorros que te ayuden a pagarlos. Además como sabes, el manteniento puede ser más barato ya que no tienen esas válvulas que siempre se atascan y tienen fugas. Además son mucho más higiénicos ya que no se toca ninguna parte del urinal. He visto estudios que dicen que se pueden pagar en el primer año de operación. También podríamos hacer una campaña para concientizar el ahorro de agua en los grifos, eso no cuesta nada y rinde beneficios. Y estas cosas nos ayudan a crear conciencia.
Rafael: Bueno, bueno. Déjame estudiar el asunto con mi gente a ver qué podemos hacer.
Lorenzo: Lo mismo podemos hacer en términos de electricidad. Ya sé que apagamos muchas luces automáticamente a las 18:00 (¡como si necesitaran una excusa para salir corriendo de la oficina!), pero he visto sistemas con sensores de movimiento que apagan y encienden las luces al entrar y salir de la oficina, que apagan algunos equipos por la noche, que ajustan la temperatura del aire acondicionado y la calefacción dependiendo de la presencia de personas, etc.
Rafael: ¡Otra vez! Algunas de estas cosas cuestan dinero que no tenemos. Miraré a ver que más podemos hacer pero no te prometo mucho.
Lorenzo: Ya que estas en eso, no podrías mirar de comprar parte de la electricidad que sea generada con energía renovable? ¿Eólica, solar, hidro? Ayudaríamos a reducir emisiones y de paso lucimos muy bien.
Rafael: Ya lo hice y resulta que la electricidad de renovables es un 10% más cara. Además, por lo que he investigado, resulta que buena parte de lo que pagas se va en otras cosas, como gastos de mercadeo del distribuidor de electricidad, propaganda, educación del consumidor, etc. No creas que todo se usa para comprar energía renovable. Todavía no es tan puro como parece, pero en esto también te prometo que lo miraré.
Lorenzo: Rafa, ¡!no me jodas!! Todo tiene problemas. (Perdona Clara por esta obscenidad).
Rafael: Tú lo sabes bien, trabajaste en las plantas de producción y en la Vice Presidencia. No es tan fácil, pero te prometo que lo investigaré otra vez.
Clara: ¿No deberíamos hablar también del tema de emisiones?
Rafael: Si deberíamos, pero no estamos listos. Es poco lo que nos ha preocupado este tema y tenemos poca información. En alguna de las filiales sí es un problema, pero como están ahora las cosas con los acuerdos globales, todavía no hay presión en esos países para reducir emisiones.
Lorenzo: Lo sé, pero debemos anticiparnos a lo que algún día sí serán obligaciones.
Clara: ¿Que te parece si me reúno con tu gente a ver qué podemos hacer por lo menos aquí en las oficinas centrales. Creo que hay que empezar averiguando cuanto emitimos, a desarrollar una línea de base aproximada. Hay unos calculadores sencillos que nos darán una buena visión, basado en el consumo de electricidad, viajes en avión, viajes en coche, consumo de agua, desechos, etc.
Rafael: Adelante, júntate con Pilar que creo que entiende de estas cosas.
Lorenzo: Hablemos ahora del papel. Es otro rubro que consumimos mucho, aunque no lo parezca. Cada uno sólo ve su “pequeño” consumo y no el agregado, que son toneladas..
Rafael: Es cierto, el otro día miré las compras que hacemos y me asombré. Tenemos algunas impresoras y fotocopiadoras por ambos lados, pero no son muchas. He visto que algunos jóvenes reúsan el papel, para documentos de poca importancia, volviéndolo a poner en la impresora. Pero de nuevo, reemplazar equipos cuesta dinero.
Lorenzo: Pero por lo menos puedes mejorar el equipo cuando le toque su renovación, cambiándolos por equipos más eficientes en consumo de electricidad, de papel y de tinta.
Rafael: Lo hacemos, pero es lento. Revisaré el programa de reemplazo desde ese punto de vista.
Lorenzo: Y ya que estas en ello, ¿por qué no miras el consumo de papel en los sanitarios? A lo mejor puedes reemplazar el papel por secadores de manos eléctricos. Son más higiénicos. Esto son pequeñas cosas pero que pueden sumar, tanto en dinero, como en satisfacción personal. Por cierto, mucho del papel que usamos podría ser reciclado o hecho con papel de bosques certificados como sostenibles.
Rafael: En los sanitarios sí, pero en las fotocopiadoras e impresoras, debemos tener cuidado ya que a veces se atascan con papel reciclado.
Clara: ¡Tengo una idea! Creo que podemos aprovechar los buenos deseos y las energías de los jóvenes en la empresa para llevar a cabo una campaña de identificación de oportunidades, de conservación, diseminando las posibilidades, estimulando cambios en el comportamiento. Podría armar un grupito de “promotores de sostenibilidad”.
Lorenzo: Excelente idea. ¿Qué te parece Rafael?
Rafael: De acuerdo. Trátalo también con Pilar y que parezca una cosa espontánea de vosotros, creo que así tendrá mayor aceptación, que si se percibe como una imposición de la gerencia.
Lorenzo: Y ahora, si tienes tiempo, hablemos del tema de recursos humanos.
Rafael: ¿¡Mas cosas?! Estoy seguro que sabrás los grandes esfuerzos que hemos hecho en esta crisis. Redujimos las horas de trabajo, pero no echamos a nadie. Algunos tomaron vacaciones, otros aprovecharon las licencias especiales que dimos para estudiar o atender problemas familiares. En fin, fuimos muy cuidadosos. Somos muy importantes en la comunidad y creo que la comunidad nos reconoce estos esfuerzos. También sabes que tratamos de pagar sueldos justos, tenemos los mejores beneficios sociales, vacaciones, seguro de salud, pensiones, etc. Hasta tenemos una cafetería subsidiada.
Lorenzo: Lo sé, disfruto yo mismo de estas condiciones. A veces pienso que son tan buenas que no se va nadie y no nos permite renovar conocimientos. Tengo la sospecha de que hemos descuidado la actualización del personal y que muchos han adquirido experiencia en lo que hacemos, pero no ven mucho del gran mundo allí afuera y que por ello sufre nuestra capacidad de innovación. Hacen más o menos lo mismo desde que entraron. Creo que debemos intensificar los programas de entrenamiento y enriquecimiento del trabajo. En cuanto a la cafetería, creo que podríamos mejorar la sostenibilidad de la comida, el reciclaje y las donaciones. Clara, a lo mejor puedes incluir esto en tu agenda con el grupo.
Clara: Perdonen que como novata me meta en esto, pero concuerdo con Lorenzo sobre la actualización del personal, el “reciclaje” como diríamos en nuestra jerga. Mi impresión de recién llegada es esa. Claro que como joven ansiosa a lo mejor mi percepción es exagerada. Sobre la cafetería, me encargo de ello.
Rafael: Hay algo de verdad en eso. Yo también tenía la sospecha, pero con tantos problemas de mayor prioridad, no le hemos prestado mucha atención. Tratando tan bien al personal, pensé que bastaba, pero tienen razón. Pediré a Ana María que me lo mire y nos volvemos a reunir, esta vez con el Gerente de Recursos Humanos.
Lorenzo: Por cierto, que las condiciones de trabajo en algunos suplidores dejan mucho que desear. También tenemos algunos problemas en las filiales como problemas serios de contaminación, problemas con la comunidad y consumo de recursos. Creo que todos son más o menos buenos ciudadanos, con apoyo a obras de caridad y otras necesidades, pero en lo de operaciones nos falta mucho por hacer.
Rafael: Así, es, pero esta sí que la hablaremos en otra oportunidad. Ya tengo suficiente tarea para hoy. Tenías razón cuando me llamaste, creo que podemos mejorar mucho a costos moderados. Me pondré a trabajar en ello con mi equipo y ya te informaremos.
Lorenzo: ¡Todo esto son pequeñas cosas pero entre todas suman! Pienso hablar con algunos directivos de las filiales y suplidores en los próximos días. ¡Gracias por tu apoyo Rafa!
En la oficina de Lorenzo
Lorenzo: Nos fue muy bien, pero creo que esta era la fruta mas bajita, No creas que nos va a ir tan bien con las filiales y suplidores. Adelante con tu grupito de “Sostenibilidad” ¡o como quieras llamarlo!
Clara: Si, nos fue relativamente bien. Mi ilusión es que acepten todo, pero estoy empezando a entender la realidad empresarial. Me siento “energizada”. Ojalá que sigamos obteniendo apoyo.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.