Las 23 mil tiendas gubernamentales venden productos “chatarra”, lo que contradice sus objetivos nutricionales
Luego de analizar los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, un grupo de expertos se dio a la tarea de analizar por qué las estadísticas oficiales reportan que los pobres han engordado tanto, sobre todo a partir de hace una década.
Dicha encuesta, realizada en 2006, señala que 13% de la población de zonas rurales tiene sobrepeso y obesidad. Cabe destacar que en 1999 sólo 1% de los habitantes de localidades marginadas tenían ese problema de salud.
Los investigadores del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estudiaron el caso y detectaron que en los establecimientos de Diconsa hay productos “poco saludables” con alto contenido en azúcar, carbohidratos refinados, sodio, grasas trans y saturadas.
“Las tiendas Diconsa venden, como parte de la canasta básica de alimentos, manteca vegetal (con alto contenido en grasas trans), frituras, refrescos, sopas instantáneas y otros alimentos industrializados que deterioran las condiciones de nutrición y salud de la población que los consume”, dice el Informe de Evolución Histórica de la Situación Nutricional de la Población y los Programas de Alimentación, Nutrición y Abasto en México.
Las 23 mil tiendas Diconsa que hay en el país comercializan productos “chatarra” en establecimientos similares en tamaño a la de muchos Oxxo, una cadena que tiene 6 mil 374 establecimientos en el territorio nacional.
Los estantes de los establecimientos de Diconsa, que facturan nueve mil millones de pesos al año, están repletos de frituras, refrescos, alimentos enlatados, jugos artificiales y sopas instantáneas.
En los objetivos de las tiendas operadas por el Gobierno federal se señala que éstas deben “contribuir al desarrollo de capacidades nutricias de la población que habita en las localidades rurales de entre 200 y 2 mil 500 habitantes de alta y muy alta marginación”. También se señala que el programa realiza lo anterior “apoyando a la población que se encuentra en pobreza, a través del abasto de bienes de consumo básico y complementarios de calidad, transfiriendo un margen de ahorro respecto a la mejor opción de abasto en el mercado local”.
El director de Diconsa, Édgar Martín Ramírez Pech, aclara que el gobierno federal no promueve la venta de productos “chatarra” o con elevada concentración calórica en esta cadena de abasto de alimentos. Sin embargo, dice que como los propietarios de estos comercios son los consejos comunitarios, ellos están en la libertad de ofrecer los productos que les demanda la comunidad.
Ramírez Pech comenta que la manteca sí es un insumo que incluye el gobierno federal como parte de la canasta básica que se distribuye en las tiendas Diconsa, pero asegura que será retirada en breve de los establecimientos.
De acuerdo con las reglas de operación, el gobierno federal otorga o rechaza, según sea el caso, la autorización de apertura de las tiendas Diconsa en comunidades de alta y muy alta marginación en las que vivan entre 200 y 2 mil 500 habitantes. Una vez que se da el permiso, se conforma una asamblea comunitaria de abasto que será la encargada de poner en funcionamiento la tienda.
En estos establecimientos con logotipos de Diconsa, se venden los 21 productos que forman parte de la canasta básica que distribuye el gobierno y otros 80 insumos alimentarios y domésticos que se incluyen en el catálogo del Programa de Abasto Rural. En éste último es donde se contempla la venta de refrescos, dulces, galletas, harinas, sopas instantáneas y demás productos procesados.
Alimentos con alto contenido calórico
El reporte dado a conocer por el Coneval y en el que participaron investigadores de la UAM, el Colegio de México y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, establece que tanto en el sector rural como en el urbano, el sobrepeso y la obesidad obedecen principalmente a que la población consume alimentos con mayor contenido calórico (grasas y azúcares) y tiene menor actividad física, lo que facilita la acumulación de lípidos en el organismo y el aumento en peso y talla.
“El sobrepeso y la obesidad en las zonas rurales y pobres del país también puede estar relacionado con que los alimentos industrializados con alto contenido en grasas y azúcares son cada vez de menor costo. Antes un refresco era muy caro y en envase chico. Ahora hay botellas de más de un litro a un costo menor”, opina Juan Rivera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
Para equilibrar la baja actividad física con la alimentación, los especialistas recomiendan aumentar la ingesta de fibra, como la que contienen frutas y verduras, que no se comercializan en Diconsa.
Ramírez Pech argumenta que no vende productos naturales porque las tiendas no tienen la infraestructura necesaria para almacenarlos y conservarlos en buen estado para el consumo humano.
“Para vender frutas y verduras -explica- necesitamos algún sistema de refrigeración que las tiendas no tienen. Aunque sí se venden frutas y verduras enlatadas”. Sin embargo, no descarta lograr un acuerdo con productores locales para encontrar la estrategia más adecuada.
La competencia
El responsable de la operación de las tiendas Diconsa asegura que la venta de los productos obedece a la demanda de la población local.
Blanca Betancourt, antropóloga de la UNAM y especialista en nutrición, considera que la demanda de productos “chatarra” en las comunidades indígenas y marginadas está relacionada con el fenómeno migratorio. “Cuando los hombres y mujeres que se van a trabajar un tiempo a Estados Unidos regresan, traen consigo una serie de hábitos aprendidos en la sociedad norteamericana y uno de ellos es la alimentación. Ellos vienen cargados con productos enlatados de ese país para sus familiares y entonces es cuando, ya acostumbrados a su consumo, empiezan a demandar su existencia en los establecimientos comerciales de la localidad y los tenderos tienen que atender ese requerimiento para poder competir en el mercado”.
En ello coincide el director de Diconsa, quien señala que, como parte del Acuerdo Nacional de Salud Alimentaria -suscrito por una decena de instancias gubernamentales- se tendrá que orientar y reeducar a la población sobre hábitos saludables de alimentación.
“Una vez que hemos detectado el problema de salud pública que significan el sobrepeso y la obesidad, en las tiendas Diconsa comenzaremos por ofrecer productos sanos y nutritivos y ya comenzamos también a dar pláticas a los niños y en las asambleas comunitarias sobre esos buenos hábitos”, asegura.
El funcionario reitera la importancia de cambiar hábitos para modificar la demanda, porque “aunque Diconsa ofrezca productos sanos, habrá otras tiendas privadas que seguirán vendiendo comida ‘chatarra’ mientras haya comunidades que la compren”. En promedio, hay 8.5 tiendas privadas y 1.2 tiendas Diconsa por comunidad a nivel nacional.
El especialista del Centro de Investigación en Nutrición y el director de Diconsa asegura que, hasta ahora, no se ha encontrado evidencia científica que compruebe que la compra y consumo de los alimentos comercializados en las tiendas de Diconsa con alto contenido calórico sean los causantes directos del aumento de sobrepeso y obesidad en las zonas marginadas, pero sí creen que pueden contribuir a prevenirla.
El reporte multidisciplinario del Coneval señala que es prioritario evaluar qué relación existe entre la venta de los productos “poco saludables” que se ofrecen en Diconsa con los kilos de más que hay entre la población.
Señala que “un reto para el programa y las tiendas Diconsa es fomentar el consumo de alimentos nutritivos en la población y no sólo mejorar las condiciones de abasto de las localidades. Las tiendas Diconsa podrían constituirse en centros de alfabetización nutricional, al poner al alcance de los consumidores información sobre las mejores opciones de compra desde el punto de vista de la nutrición y la salud”.
Puede leer la nota completa dando Click sobre la imagen para ampliar
Hola: Ahora les solicito que Ustedes no quiten el dedo del renglón sobre este tema de la obesidad. Insistan y que se logre el fín ,para que seamos menos obesos y sanos. Gracias y saludos.
Perdon pero desde siempre al gobierno no le interesa la salud del ciudadano solo el capital financiero para sus legisladores. Como ciudadanos debemos exigir al gobierno respetar las normas que ellos mismos aprueban o una de dos o se creen lo suficientemente listos para engañar a la poblacion o son lo bastante tontos como para pensar que nadie sabe que en absolutamente todos los planteles educativos de gobierno se vende y se trafica con productos chatarra. espero que sea el primero porque si es el segundo que futuro nos espera.
ps. ¿Alguien conoce a algun ingeniero civil o constructora renombrada que pueda diseñar, planear y construir una tapa de alcantarilla que este a nivel del pavimento?.
atte. [email protected]