A pesar de que ser veggie está de moda, todavía hay muchas personas que consumen carnes rojas alrededor del mundo.
Se trata de una costumbre que está afectando tanto a la salud personal como a la del planeta.
Y es que, de acuerdo con un análisis publicado en la revista Science, el aumento de consumo de carne impulsado también por al crecimiento de la población y el ingreso económico, genera un papel importante en el aumento de las emisiones de carbono y la reducción de la biodiversidad. Cabe mencionar que la producción de carne genera más contaminación que el mercado de frutas y verduras.
Un nuevo análisis que dice que el consumo de carne debe reducirse drásticamente en favor de las dietas basadas en plantas. Se necesitan considerables diferencias en la agricultura para evitar los peligros de un planeta que se calienta y los desafíos de alimentar a una población en crecimiento en un mundo con más sequías, inundaciones y calor extremo.
El estudio sigue de cerca el último informe del organismo líder mundial de expertos en cambio climático, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que emitió sus duras advertencias. Según el informe del IPCC, limitar el calentamiento global a 1.5°C en comparación con 2°C podría ir de la mano para asegurar una sociedad más sostenible y equitativa, pero esto requeriría cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad. Estas son malas noticias para los comedores de carne, porque son gran parte del problema.
Dieta sostenible para salvar al mundo
Optar por una dieta sostenible es una opción para ayudar a mitigar las emisiones de carbono. De acuerdo con la revista científica The Lancet que engloba la “salud de la civilización humana y el estado de los sistemas naturales de los que dependen”, el planeta tiene un problema: el consumo de carne que se empezó a desarrollar a partir de la segunda guerra mundial.
De acuerdo con un panel internacional de 37 expertos de 16 países, «se necesita «urgentemente una transformación radical del sistema alimentario global».
La transformación en la dieta de los habitantes del mundo, podría evitar 11 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la alimentación.
Datos de El País dicen que en Indonesia y África occidental, por ejemplo, se consumen cantidades muy reducidas de carne y lácteos, a diferencia de en Norteamérica. El informe de los expertos detecta que de media en el mundo la ingesta de carne roja, vegetales almidonados, como la patata, ricos en hidratos y huevos es demasiado alta.
La comisión plantea una dieta ideal basada en 2.500 kilocalorías diarias, y sugiere que solo 30 de ellas procedan de carnes distintas de las aves, lo que equivaldría, por ejemplo, a consumir una hamburguesa de ternera pequeña a la semana.
El objetivo global es doblar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad el de carne roja y el azúcar. Actualmente, y fundamentalmente en Occidente, el consumo de carne roja y de alimentos procesados y refinados es excesivo, lo que acarrea riesgos para la salud, mayores que los causados por el sexo no seguro, el alcohol, la droga y el tabaco juntos, detalla el informe.
Para Francisco Botella, vocal de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, “existe una desviación entre lo que la gente come y lo que debería comer».
Una dieta saludable ayudaría a reducir la tasa de obesidad y patologías asociadas, como diabetes, problemas arteriales o colesterol elevado, así como disminuir el riesgo de algunos tipos de cáncer, como los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asociado a la carne roja y procesada.