Por: Kirsha Carretero Rivera / Subdirectora de proyectos de calidad de IXE Grupo Financiero
La diferencia entre estos conceptos radica principalmente en que la afinidad es contratar bajo juicios preestablecidos y gustos personales, mientras que la diversidad procura atraer talento y habilidades más allá de los prejuicios.
Hablar de diversidad no es más que aceptar que hay un mundo lleno de diferencias entre los seres humanos y es así como está conformado el mercado. Si se quieren tener oportunidades en éste, hay que obligarlo desde una perspectiva global. Todos tienen derecho al trabajo, a la igualdad de oportunidades y a ser respetados; ser diferentes unos de otros, no significa ser inferiores e inaceptables.
Para promover este principio han existido, tanto en el orden nacional como en el internacional, diversos instrumentos que hacen énfasis en este tema, desde el Artículo 4º de la Carta Magna, que habla de las Garantías Individuales, el 123 que se refiere al Derecho al Trabajo y la Prevensión Social, hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos; sin embargo, no todas las naciones y empesas vigilan su cumplimiento y promoción.
Las diferencias fisiológicas o sociales de las personas no pueden establecer un concepto de relaciones desiguales. El valor de la diversidad de pensamientos, necesidades e ideas, talento o habilidades, debieran tener más peso que cualquier característica fisica o condición social. Un ejemplo claro de esto es la evaluación de la fuerza laboral existente en nuestro país: descartar el potencial del 51.8% de la población mexicana, respresentado por las mujeres, no pueden ser un planteamiento económicamente racional.
Los programas y acciones que han establecido las instituciones no han sido suficientes, sólo basta evaluar el número de personas consideradas como grupos vulnerables a las que se les ha cerrado las puertas para integrarse en la fuerza laboral. Tal es el caso de ls personas con discapacidad o adultos mayores, personas comprometidas y responsables, con igual o más talento y capacidad que cualquiera, pero que por sus características físicas, se les impide encontrar condiciones favorables y dignas de trabajo.