El progreso de un país y su bienestar tienden a ser parámetros muy complejos, en los que algunos indicadores pueden mostrarnos panoramas muy distantes, por ello, para tener claridad sobre la solidez de una economía, se debe conocer la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo. Pues en muchos casos suelen confundirse e intercambiarse, lo cual se puede prestar a interpretaciones sesgadas o convenientes para algunos grupos.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que el crecimiento económico está vinculado con el desarrollo, pues gracias al primero puede conseguirse y el segundo, el cual representa una «una de las principales prioridades«, tanto del organismo internacional como de los gobiernos. Por o que te explicamos qué implica cada término y qué los hace distintos.
Clasificación de las naciones
Para entender cuál es la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo, primero es importante saber cómo se aplican en el ejercicio internacional. Como lo indica el Banco Mundial, los países pueden ser clasificados según su economía e ingresos, es decir dependiendo de su Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita, de la siguiente manera:
- Bajo ingreso, si tienen un INB igual o menor a 1,045 dólares.
- Medio bajo, con un INB entre 1,046 y 4,095 dólares.
- Medio alto, si posee un INB per cápita 4,096 y 12,695 dólares.
- Alto, cuando su INB sea igual o superior a 12,696 dólares.
Para la ONU, las naciones se dividen dependiendo sus condiciones económicas básicas en:
- Economías desarrolladas.
- Economías en transición.
- Economías en vías de desarrollo.
Las primeras hacen referencia a «países que disfrutan de una renta per cápita alta y de un sistema de producción y distribución perfeccionado»; las segundas son aquellas que están haciendo un proceso de transformación, desde una perspectiva planificada; y las terceras contemplan a las que explotan sus recursos naturales y humanos y, gracias a un proceso acelerado de inversión en capital.
Por lo que se puede ver, que al momento de analizar el estado de los países, así como la calidad de vida que le ofrecen a sus habitantes, es necesario mirar, tanto su comportamiento monetario, como sus pretensiones y acciones en un sentido macroeconómico. Ante ello, entender la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo, es fundamental.
La diferencia entre crecimiento económico y desarrollo
Hay que comenzar entendiendo que el crecimiento económico es el aumento del INB, es decir implica un incremento positivo en cuanto a aspectos del volumen de bienes y servicios que se producen en una economía. En tanto, el desarrollo implica «el progreso de riqueza de una nación guiado al bienestar de sus ciudadanos», por lo que es un proceso que prioriza el bienestar colectivo. Por esta razón es que se habla de desarrollo sostenible y no de crecimiento.
Como puede notarse, la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo está en que la meta de cada uno. Sin embargo, ambos tienen una relación cercana pues una nación que logre crecimiento económico podrá satisfacer mejor las necesidades de las personas y resolver problemas socioeconómicos como la pobreza, asegurando el bienestar de la economía, mejorando el nivel de vida, aumentando los ingresos y proporcionando empleos, propiciando el desarrollo.
Lo anterior, porque este último es la forma en que podemos medir el bienestar de los habitantes, evaluando la mejora de la calidad de vida en los últimos años, lo cual se mide por indicadores como la esperanza de vida, la alfabetización o el producto interno bruto.
Asimismo, el crecimiento económico y el desarrollo suelen interactuar de manera distinta con el entorno, pues el primero puede propiciar un elevado consumo y uso de los recursos naturales, por ende, más desperdicios, más degradación y agotamiento ambiental. En tanto, el segundo incluso se ha complementando y vela por la mejoría ambiental, al menos esa es la propuesta del desarrollo sostenible.
Desarrollo sostenible, amalgama del crecimiento económico, social y ambiental
Se conoce como desarrollo sostenible a la capacidad de un sistema de satisfacer todas su necesidades presentes y futuras, sin implicar un daño severo al entorno ni a las comunidades, que estén dentro o fuera de su estrategia. Asimismo, de acuerdo con la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, el desarrollo sostenible está conformado por tres ejes:
- El económico.
- El social.
- La protección del medio ambiente.
Estos pilares están interconectados, tanto que las acciones en un área pueden reforzar los objetivos de otra. Por lo que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible deben tener un equilibrio, dado que este último contempla:
- Satisfacer las necesidades básicas para aspirar a una mejor calidad de vida.
- Se basa en la democracia y el respeto de los derechos fundamentales.
- Promueve el empleo en una economía cuya fortaleza se basa en la educación, la innovación, la cohesión social y la protección de la salud humana y del medio ambiente.
En este sentido, dado la complejidad de problemáticas que enfrenta el planeta y la humanidad, se ha establecido al desarrollo sostenible como el pilar para evitar catástrofes, por ello, la Organización de las Naciones Unidas, lo ha puesto al centro de la Agenda 2030, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, y que tiene como directrices los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Dentro de estos queda claro que el crecimiento económico es parte del desarrollo sostenible, incluso el ODS 8 está enfocado en esto, ya que tiene como meta «un crecimiento económico inclusivo y sostenido que pueda impulsar el progreso, crear empleos decentes para todos y mejorar los estándares de vida».
Así que aunque actualmente existe la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo, al mirarlos con una perspectiva integradora y sostenible estas dos formas de generar valor son interdependientes, por lo que se deben priorizar dentro de las estrategias.