Nuevo hospital costó mil 200 mdp, de los que cigarreras aportaron 600 mdp
Dinero producto de la venta de tabaco está a punto de convertirse en instalaciones hospitalarias para pacientes con cáncer.
Las nuevas instalaciones del Instituto Nacional de Cancerología (InCan) prácticamente están listas. Se prevé si inauguración para julio de este año, y las de la Clínica de Cáncer de mama, en marzo próximo.
Esta ampliación consta de un edificio de siete pisos que costó dos mil millones de pesos, cuyo dinero inicial (609 millones de pesos) fue producto del convenio que firmó la Secretaría de Salud con la industria tabacalera para que aportara al Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, del Seguro Popular, un peso por cada cajetilla vendida en el país.
Este acuerdo firmado en el sexenio del presidente Vicente Fox, ha sido severamente criticado por organizaciones médicas y hasta por la propia Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con sus diseñadores, fue una medida para captar recursos destinados a la salud.
Alejandro Mohar Betancourt, director de InCan, argumenta en entrevista que si bien con estos recursos se inició dicha construcción, también han participado actores como el Patronato del instituto.
Este edificio inició su contrucción hace dos años, pero el proyecto data de varios años atrás. Y es que tuvo que sortear otro problema, registrado en el sexenio del presidente Felipe Calderón.
El proyecto inicial era que el InCan se extendiera en uno de sus costados, precisamente en donde se encuentra el Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro, lo que provocó un enfrentamiento de trabajadores, pacientes y familiares de los mismos, que concluyó en la cancelación del plan.
Finalmente, el terreno que había sido adquirido para el Psiquiátrico Infantil se cedió al InCan, lo que incrementó los costos de inversión, porque se tuvo que construir un puente que conectara al edificio viejo con el nuevo.
La nueva ampliación del instituto dará un «respiro» a las actuales instalaciones que se encuentran saturadas. De acuerdo con el propio director de esta institución, se registran 200 mil consultas y se atienden a cinco mil pacientes nuevos al año.
El panorama del cáncer va en aumento, indicó Alejandro Mohar, y con las nuevas instalaciones la atención que se brinda hoy en el InCan podrá crecer entre dos y tres veces.
Aclaró que la idea es ir creciendo paulatinamente e ir descentralizando en el servicio de oncología a los estados, y fortalecerlos en el interior del país.
Durante un recorrido al nuevo edificio, al que asistieron la secretaría de Salud, Mercedes Juan López, y el rector de la UNAM, José Narro Robles, entre otros, se observaron unas instalaciones amplias y modernas.
Cada piso, de los siete que tiene este edificio, y de los cuales algunos todavía no están terminados, tendrá una función. En este espacio habrá quirófanos, equipos de Imagenología, laboratorios, la clínica de Cáncer de Mama y tres pisos de hospitalización con una capacidad de 180 camas, además del puente de cristal que conecta al edificio viejo.
Con esta ampliación, aseguró el director del instituto, se dará una mejor atención a ls pacientes con cáncer, que actualmente son atendidos en espacios pequeños y saturados.
Fuente: El Universal