Es un dirigible solar diseñado para conectar a médicos y pacientes de zonas poco accesibles de países en vías de desarrollo. Carreteras en mal estado (cuando no inexistentes), medios de transporte poco fiables o la imposibilidad de conseguir combustible son las causas de que algunas personas enfermas no tengan ninguna oportunidad de sobrevivir.
La idea no es una utopía. El avión Solar Impulse ha demostrado que se puede viajar por el aire sólo con energía solar. Incluso de noche, siempre que se almacene energía en baterías. En el caso de un dirigible, por su funcionamiento, peso y diseño sería aún más fiable. Jay Godsall, el impulsor de la idea, así lo cree. Ha vivido y trabajado en África y conoce de primera mano las necesidades que tienen las comunidades alejadas de las principales vías de comunicación.
Si se pueden distribuir vacunas a través de este medio de transporte fiable, limpio y renovable, se salvarían muchas vidas. Hay zonas a las que ni siquiera se puede llegar con helicópteros. Por otra parte, está el problema del combustible, que, a menudo, no está disponible, es caro y de mala calidad.
La Solar Ship Foundation, con sede en Toronto, recibe donativos para llevar a cabo el proyecto. De momento, hay tres prototipos construidos, basados en el diseño y la tecnología del Solar Impulse. El cuerpo del dirigible es muy ligero y cuenta con ruedas para el aterrizaje. Además, un globo lleno de helio permite que el aparato se eleve. Encima, está cubierto con cientos de placas solares. Pesará alrededor de 500 kilogramos y podrá llevar una carga similar: otros 500 kilogramos.
Según Godsall, este dirigible solar puede duplicar el número de lugares donde los médicos llegarían. Un claro ejemplo es un destino turístico como Madagascar. Las terribles carreteras hacen que se tarde tres días para llegar a una distancia de poco más de 30 kilómetros…
Fuente: La Red Verde