Esta no es la primera vez que se habla sobre una posible cultura de discriminación en Tesla —empresa estadounidense liderada por Elon Musk—, sin embargo, el hecho más reciente fue el de Kaylen Barker, colaboradora que ha entablado una demanda contra el gigante de la tecnología: asegura que fue víctima de acoso racial por parte de un compañero.
Según la Equal Employment Opportunity Commission (EEOC) de Estados Unidos, «el acoso puede incluir difamaciones, comentarios ofensivos o despectivos sobre la raza o el color de una persona, o la exhibición de símbolos ofensivos de índole racial».
Lo anterior aplica en el caso de Barker, ya que como lo expone en su declaración, el agresor solía murmurar insultos para despreciar la descendencia de la afectada, lo que culminó en una agresión física.
Caso Barker expone la discriminación en Tesla
En una nota de Insider, se informa que Barker trabajó fabricando e inspeccionando piezas de frenos en Tesla de febrero a octubre de 2021, sin embargo, el hostigamiento por parte un colega (quien se refiere como Joanne) surgió en septiembre, después de que la demandante consiguiera un ascenso.
Fui violada física, mental y emocionalmente porque soy lesbiana afroamericana.
Kaylen Barker, ex colaboradora de Tesla.
En la demanda, Barker asegura que la empresa no tomó acciones, pues nunca tuvo un seguimiento por parte de la área de recursos humanos, en cuanto a los reportes que refería de la conducta de Joanne. Incluso en una ocasión, Barker le pidió que se alejara de una maquinaria por razones de seguridad y Joanne le arrojó una herramienta abrasiva caliente que la golpeó en el muslo, además de dirigirle un insulto.
Tras la situación, el agresor fue despedido, pero según el testimonio de Barker, lo recontrataron unos meses después. Asimismo, en la acusación asevera que iniciaron una investigación, convocando a Barker a reuniones seguidas y exigiéndole que firmara una incidencia por insubordinación, al ser despedida Tesla le retuvo cinco cheques de pago.
Demandas continuas, algo no funciona en Tesla
Lo ocurrido con Barker se suma a otros ex colaboradores que han alegado situaciones similares de acoso y discriminación en Tesla. En diciembre del año pasado Michaela Curran, Alize Brown, Jessica Brooks, Alisa Blickman, Samira Sheppard y Eden Mederos, empeladas y ex trabajadoras de la empresa, denunciaron que fueron acosadas sexualmente por compañeros.
Ellas expresaron que sufrieron acoso constante y severo, como solicitudes de favores sexuales, tocamientos inapropiados y amenazas, y al igual que en el caso de Barker la empresa no tomó medidas.
Además, aseguraron que Tesla había tratado de protegerse de la responsabilidad pública al obligar —como parte de los requisitos de contratación— a renunciar a los derechos a un juicio con jurado o ante un tribunal y «aceptar que sus reclamos legales se envíen a un arbitraje privado y confidencial».
Hay algo claro en las imputaciones de discriminación en Tesla: todas aseguran que no tomó las medidas necesarias y no dio seguimiento a las quejas presentadas por sus trabajadores.
Lo anterior llevó a que otra demanda tuviera una resolución favorable para Owen Diaz, ex trabajador de Tesla de la fábrica de Fremont en California: un juez ordenó que se le pagaran 137 millones de dólares.
Díaz afirmó que fue objeto de adjetivos discriminatorios y burlas, de las cuales sus supervisores hicieron caso omiso, lo que parece una confirmación de que algo no está funcionado adecuadamente para la corporación dirigida por Musk.
¿Cómo evitar crear un ambiente laboral perjudicial?
Las discriminación en Tesla denota que no se están tomando las acciones pertinentes en cuanto a la estrategia de gobernanza dentro de esta, lo que es fundamental en cualquier compañía. Evitar las malas prácticas debería ser una prioridad.
De acuerdo con Deloitte, tener un código de ética claro instruirá la «buena conducta al interior como al exterior de la organización», por lo que para llevar al cumplimiento de dichas reglas se necesita un órgano que vigile y aplique sanciones correspondientes.
Este se denomina comité de ética y se encarga de:
- Revisar la normatividad buenas prácticas.
- Asegurar que se atiendan y se dé seguimiento a los reportes de faltas.
- Analizar las controversias y conflictos relacionados con el código de ética.
- Implementar sanciones y planes de acción.
- Trabajar de la mano con los responsables de recursos humanos para mantener una capacitación constante sobre cultura ética.
Cuando las compañías fortalecen este aspecto y lo ejecutan más allá del papel, las demandas y problemas disminuyen, mostrando que la responsabilidad y el compromiso son factibles.
Por ello, quizá sería prioridad que Tesla revisara sus políticas internas antes de mandar naves al espacio, ya que las acusaciones sobre una mala gestión continúan acumulándose, visibilizando que no hay atención responsable para las y los colaboradores, a pesar de que estén levantando la voz.
