No fueron empresarios, ni ministros de Economía. Tampoco los jefe de Bancos Centrales, líderes de organismos internacionales de crédito, o jeques millonarios. Ni pensar en los máximos jefes del mundo o los banqueros que más fortunas manejan. La estrella que se llevó todas las miradas en la primera jornada del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, fue la cantante colombiana Shakira que recibió un premio por su labor a favor de la educación.
La estrella pop recibió el Premio Cristal del foro por su liderazgo a la hora de apoyar la educación y el desarrollo de la primera infancia. Año a año, en Davos se premia a las personalidades que «crean puentes y sirven de modelos para todos los líderes de la sociedad».
Este 2017, le tocó a Shakira que es una defensora global de la educación y el desarrollo de la primera infancia y embajadora de buena voluntad del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef).
«Puedo dar fe que todos los colombianos, o al menos la mayoría, deseamos un país en paz. Pero la paz va más allá de cualquier tratado, de cualquier papel que se firme» dijo la cantante de Barranquilla.
Shakira habló del acuerdo entre el Gobierno de Juan Manual Santos y las FARC, por el que el presidente colombiano recibió el premio Nobel de la Paz. «Yo soy una persona que nací y crecí en un país en guerra, en un país en conflicto y que he visto los estragos de la guerra y las repercusiones a través de los niños de nuestra fundación», recordó.
La colombiana recalcó al recoger el premio que actualmente todavía 250 millones de niños menores de 5 años están en riesgo de no poder desarrollarse física ni intelectualmente.
«Es una tragedia para ellos y un fracaso épico para nosotros», recalcó, por lo que pidió a los líderes apoyo para invertir en educación, algo que «provoca milagros», aseguró.
La cantante también es la fundadora de la Fundación Pies Descalzos, creada en 1997 con el objetivo principal de promover la educación pública de calidad para los niños en situación de vulnerabilidad en Colombia.
Además, colabora con ALAS, una organización sin ánimo de lucro que se creó por un grupo de líderes latinoamericanos para promover el desarrollo integral de la primera infancia en la Región.
El Foro también otorgó este lunes premios a la violinista Anne-Sophie Mutter, que dirige una fundación para jóvenes músicos, y al actor Forest Whitaker, que trabaja en pos de la paz en varios países del mundo. Shakira coincide esta semana en Davos con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que expondrá en el Foro su experiencia del proceso de paz.
El mandatario recibió en diciembre el Nobel por sus esfuerzos para poner fin a un conflicto armado que durante en 52 años ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, organizaciones criminales y agentes estatales, con un balance de 260.000 muertos, 68.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
El discurso completo de Shakira en Davos
Buenas tardes – gracias por el honor de este reconocimiento y por la oportunidad de dirigirme a todos ustedes. Hoy, sabemos más que nunca, acerca de los primeros años del desarrollo infantil – especialmente del cerebro. El cerebro de un niño que es cuidado, alimentado, al que le juegan y le leen, protegido de factores como el estrés y el conflicto, tiene más posibilidades de desarrollar su pleno potencial, porque está comprobado que los niños que reciben una atención adecuada en esos primeros cinco años, se desempeñan mejor en la escuela y en la vida.
Lamentablemente este no es el caso en países como el mío o en otros países en desarrollo, donde nacer bajo la pobreza significa nunca salir de ésta.
Deberíamos sentirnos devastados de saber que en 2017, 250 millones de niños menores de cinco años están en riesgo y muy probablemente tendrán un rezago físico e intelectual.
Pensemos en esto por un momento. Estamos hablando de la población de casi un país entero del tamaño de los EEUU.
Esto representa una tragedia para esos niños y un fracaso épico para todos nosotros. Si no cuidamos de estos niños a tiempo, estamos hablando de ciclos intergeneracionales de pobreza y desigualdad; y cuanto más crezca la brecha de desigualdad –más arduo será superarla. Cuanto más numerosos sean los rostros de aquellos nacidos en la pobreza – más difícil será generar empatía con cada individuo y reconocer que, si no fuera por el sitio geográfico donde nacieron; podrían ser uno de nuestros hijos.
¡Esto debería enfurecernos! Y nos debería motivar a todos a tomar cartas en el asunto. Porque a todos nos interesa el resultado.
Hoy en día, el mundo está enfrentando serios desafíos. Para el año 2050, se espera un crecimiento masivo de la población, y necesitaremos alimentar a 9.000 millones de personas, o correr el riesgo de caer en el umbral del conflicto y el hambre. ¿Estará lista esta generación de niños para asumir la tarea de eliminar la desnutrición y garantizar la seguridad alimentaria?
¿Estarán preparados para innovar y encontrar nuevas soluciones para el cambio climático, el desempleo y los retos más complejos que enfrenta nuestra sociedad? ¿Quién nos ayudará a manejar nuestros recursos de manera más eficiente y sostenible de ahora en adelante, en los próximos 20 años? Serán sus hijos, Milan y Sasha mis hijos y estos 250 millones de niños en situación de riesgo que debemos ayudarles para que el futuro esté de su lado.
La infancia de ahora algún día impulsará los negocios del mañana. Su productividad estimulará la economía del mañana. Su capacidad de contribuir forjará las sociedades del mañana; resolverá los problemas del mañana.
Todos los aquí presentes, tienen un papel crucial que desempeñar. ¿Qué pueden hacer? Admitámoslo; en este salón se encuentran algunas de las personas más poderosas del mundo que saben lo que significa estar un paso adelante, y ustedes pueden ser tremendamente influyentes. Tenemos que aplicar las estrategias y el “cerebro” de los negocios, usar los activos, el recurso humano y el talento de sus compañías para generar el bien social y resolver los problemas de la humanidad.
Todos tenemos que asumir el trabajo que los Gobiernos no alcanzan a hacer. Es la única forma.
Dicho esto -no se trata de relevar al Gobierno- se trata de involucrarlos en un trabajo conjunto. Pero nosotros debemos dar los primeros pasos, porqué como empresarios contamos con las ideas, la agilidad, las habilidades organizacionales, la mano de obra y el poder femenino, por supuesto!
Cuando comenzamos a construir colegios en Colombia, elegimos las zonas más remotas, donde literalmente no había nada –no infraestructura, no vías pavimentadas, ni siquiera agua potable.
Hicimos presencia en los territorios donde el Gobierno históricamente había estado ausente.
Decidimos construir no cualquier escuela, sino instituciones educativas de primer nivel, con modelos holísticos que incluyen programas para la primera infancia, alimentación escolar y formación a padres y maestros. Involucramos al Gobierno como socio estratégico e hicimos que para ellos resultara prácticamente imposible negarse a hacer su parte.
La transformación de estas comunidades se pudo ver de inmediato, los trabajos generados y la esperanza instaurada, pero las mejoras a la infraestructura fueron asombrosas. Se generó acceso a electricidad y agua potable, se pavimentaron las calles, se redujo la desnutrición y lo mejor de todo- – los estudiantes realmente respondieron académicamente, y ahora, aquellos niños que pudieron haber sido reclutados por la guerrilla o el narcotráfico, están de camino a la universidad o prosperando en sus comunidades. Ahora ya no tengo que llamar a los Gobiernos tan seguido, ¡gracias a Dios! Es el Gobierno quién nos llama ahora deseando invertir y construir más escuelas.
No digo que esto sea fácil, pero hay una estrategia de salida a la pobreza y es conseguir que estos 250 millones de niños accedan a programas de calidad en estimulación temprana que tanto requieren, para que entren a la escuela y permanezcan en ella.
Debemos exigir a los Gobiernos que aumenten su presupuesto en primera infancia… debemos invertir en campañas para generar conciencia pública, tenemos que hacer posible el acceso gratuito a preescolar y tenemos que crear un fondo global para la educación, al igual que el SIDA, la malaria y la tuberculosis tienen su propio fondo.
Sé que puedo sonar vehemente, como Bono alguna vez me llamó, y es porque LO SOY. Y sé que puedo enloquecer a algunas personas con mi insistencia, pero la razón por la que soy tan apasionada es porque he visto con mis propios ojos lo que la educación puede lograr! No hay nada más divertido y satisfactorio que ver a un niño que tenía muy pocas posibilidades de tener éxito, surgir y desempeñarse bien en la vida. Para mí, este sentimiento supera incluso al de ganarse un Grammy cualquier día.
No podemos hacer una pausa y pedirle a estos niños que nos esperen hasta que lo tengamos todo resuelto. No hay un solo minuto que perder.
Necesitamos invertir en los seres humanos: es lo más inteligente que podemos hacer, es estratégico y es la forma correcta de hacer las cosas.
Muchas gracias.
Fuente: Clarín