El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) detectó que derivados de la soya, micro-algas, aserrín y la cáscara de naranja son viables para desarrollar proyectos con el fin de producir biodiesel, bioetanol y biocrudo.
Florentino Murrieta, coordinador del proyecto Alternativas Tecnológicas para la Producción de Biocombustibles en México, dijo que éste concluyó con éxito y está en proceso de registro de derechos de autor.
Murrieta aseguró que estas nuevas rutas tecnológicas son parte de la estrategia para diseñar una política energética que incluya biocombustibles en la canasta de energéticos del país.
En respuesta al Programa de Bioenergéticos de la Sener, Pemex Refinación solicitó al IMP estimar el comportamiento que tendrían las gasolinas al incorporarles etanol.
Además, el IMP ha realizado estudios experimentales en la zona metropolitana del Valle de México, con gasolina Magna, sustituyendo el oxigenante MTBE por etanol, resultando exitoso, según el Informe de Responsabilidad Social 2008.
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