La terraza o el jardín de tu casa no tiene que ser un área incómoda y sin personalidad propia.
Muebles resistentes a la intemperie son una alternativa si buscas dar un sello distintivo al exterior de tu vivienda.
Al seleccionar mobiliario, sin embargo, asegúrate de que sea de un material que soporte las inclemencias del tiempo, sugiere Alan Padilla, gerente de proyectos de Patio Muebles de Jardín.
Entre los insumos más utilizados en su elaboración, enlista, están el rattán natural y sintético, fibra de vidrio, madera, plástico, resinas y el polipropileno de alta densidad.
«Una característica que tienen estos materiales es que permiten que el mobiliario tenga una larga vida incluso cuando esté expuesto en su totalidad al aire libre», expone.
Pese a su resistencia, conviene proteger el mobiliario del clima extremoso de la Ciudad.
Si no está bajo techo y tiene una exposición directa al sol, existen fundas especiales impermeables que te ayudarán a conservar tu inversión.
El precio de los muebles para exterior varía en función del diseño y del material con que se haya confeccionado, señala Padilla.
En el mercado es factible encontrar salas completas desde 10 mil pesos hasta más de 70 mil pesos, calcula.
«Los muebles de rattán sintético son los que registran los precios más elevados, debido a que son piezas artesanales», destaca.
Si te gusta la cultura de la carne asada, complementa tu espacio con un asador.
El precio de estos artefactos en acero inoxidable y con horno oscila entre 25 mil y 50 mil pesos, estima Luis García, especialista de Great Backyard, que comercializa la marca Brazza.
«Estos asadores poseen un material que los aísla de las altas temperaturas.
«En la cara exterior el calor no supera los 35 o 40 grados», asegura García.
Además de su durabilidad, procura seleccionar muebles con una estética agradable y que atraigan buenas vibraciones, sugiere Laura Salinas, de Aureum, especialista en feng shui.
El mobiliario blanco o en tonos claros, por ejemplo, le dará a tu espacio la sensación de limpieza y pulcritud.
«Pero a veces es todo tan neutro que necesitamos pinceladas de colores fuertes como rojos, amarillos o anaranjados, para dar vida, alegría y movimiento al paisaje visual», propone.
Agrégalas en cojines, velas o accesorios para que funcionen como un foco de atención.
Fuente: Negocios Reforma
