Los personajes, las historias y los roles de género que Disney ha presentado dentro de sus producciones le han valido fuertes críticas por sexismo en más de una ocasión. Los estereotipos impuestos por sus encantadoras princesas son objeto del enojo de muchas feministas en la red y de algunos de padres de familia que piden a gritos mensajes más incluyentes dentro de los productos de la marca, pero ¿acaso se hace presente el sexismo, también al interior de la compañía?
De acuerdo con declaraciones realizadas por la actriz Meryl Streep en enero de 2014, durante un discurso ofrecido en la cena anual del National Board of Review, Walt Disney era un intolerante de género y estaba relacionado con un grupo antisemita.
Una carta de rechazo escrita en 1938 a una mujer joven candidata a un puesto creativo sirvió entonces como prueba para la actriz y continúa sirviendo como recordatorio de la discriminación socialmente aceptada contra las trabajadoras. El texto ha sido retomado recientemente por el portal Vox, junto con una reincidencia de sexismo por parte de la compañía enviada a Frances Brewer un año más tarde.
El texto afirma que «las mujeres no hacen ningún trabajo creativo en relación con la preparación de los dibujos animados de la pantalla, ya que el trabajo se lleva a cabo en su totalidad por hombres jóvenes. Por lo que las chicas no se consideran para la escuela de formación».
De acuerdo con un video retomado por el portal, no es que Disney no emplee a las mujeres, se emplea a una gran cantidad de ellas como correctoras de animaciones, en un entorno separado físicamente de los animadores masculinos más prestigiados.
El trabajo reservado para las mujeres en Disney consistía en repasar los dibujos con tinta china y pintarlos en las hojas transparentes de celuloide, una tarea menor para la que no era necesaria ninguna especialización.
Me parece injusta y amarillista la orientación del artículo, Disney era un hombre extraordinario que hizo aportes a la humanidad muy importantes. Seguramente en esas y muchas más ideas correspondía a un hombre de su tiempo, no encuentro razonable acusarlo de «sexista», me parece un truco barato para atraer lectores a un artículo sin ninguna profundidad. Pudo haberse abordado el mismo tema desde un enfoque mucho más constructivo.