Comunicación contundente que transmite un mensaje crudo pero sólido referente a la donación de órganos.
De producción sencilla pero de persuasión innegable, el diseño sugiere que al final, nuestros órganos terminarán en uno de dos sitios: salvándole la vida a alguien o… en la basura.
Si bien el anuncio es tan dramático que pareciera una pantomima (normalmente nadie tira un cuerpo a la basura), logra transmitir bien su objetivo.
Los órganos que pueden ser donados incluyen el corazón, riñones, páncreas, pulmones, hígado e intestinos. Los tejidos incluyen los ojos, piel, hueso, válvulas cardiacas, tendones y vasos sanguíneos.
La cultura de la donación aún es muy baja; encima de ello, lo que pocos saben es que aún cuando uno se haya registrado como donador, la afección médica al momento de morir determinará si los órganos y tejidos pueden ser utilizados, por lo que el porcentaje efectivo se reduce dramáticamente. Por ejemplo, una persona que sufre de una muerte instantánea en casa o en un accidente de automóvil, atropellamiento o por violencia , no es candidato a donar órganos, ya que al dejar de latir su corazón o dejar de respirar, los órganos se dañan de forma irreversible y no son útiles para ser transplantados.
En este marco, los laboratorios, hospitales, farmacéuticas y en general, toda la industria médica tiene un campo fértil para ejecutar campañas y acciones de responsabilidad social que beneficien al alto porcentaje de la comunidad que espera un órgano y por supuesto que genere muchísimos beneficios a la reputación de la organización.
Deseo donar mi corazon y organos que les sean utiles, favor de comunicarse a este medio.
gracias
alguien que quiera donar un riñon porfavor es urgente