¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que sucederá o harás cuando mueras? ¿No te gustaría terminar la vida AYUDANDO a continuar con otra?
Existen múltiples formas de ayudar en nuestra sociedad cuando nos encontramos con vida, desde plantar árboles, crear grupos de apoyo, hasta realizar grandes donaciones de dinero o productos en especie, pero ¿cómo podríamos continuar ayudando cuando ya no nos encontremos en este mundo?
Algunas de las formas en las que la sociedad ha encontrado la forma de ayudar, ha sido por medio de la donación de numerosos productos, que se ven favorecidas por las pequeñas aportaciones de los individuos, quienes se quedan con una semillita de satisfacción y la sensación de haber trascendido al ayudar a alguien más. En muchas culturas se cree que el ser humano solo llega a ser feliz cuando encuentra la manera de trascender, esta viene de una sensación de ir más allá, de querer traspasar los límites físicos y el lograr ser recordados por otros.
Existe una manera antigua y ya conocida, más no integrada completamente, en la consciencia de la sociedad en donde se unen de manera profunda y significativa lo que es donación en toda la extensión de la palabra y trascendencia ésta es: la donación de órganos.
La donación de órganos es una práctica que inicio en 1933 con la finalidad de salvar vidas, teniendo como resultado el primer trasplante renal entre humanos con supervivencia del receptor en Boston en 1947. El fin principal de esta práctica continúa siendo la salvación de los receptores de órganos. En la actualidad gracias a la tecnología y el avance de la medicina, se han logrado realizar trasplantes de hígado, pulmón, corazón, páncreas, intestino, hueso, y otros tejidos. Los órganos para estos trasplantes provienen de donadores que han fallecido o personas que deciden dar sus órganos para el beneficio de familiares o amigos.
En México la donación de órganos no es lo suficientemente difundida y se cuenta con grandes mitos y creencias con respecto a esta práctica la cual salva millones de personas al año. ¿Sabías que existen 9471 personas en espera de recibir un trasplante de riñón, 7190 de córnea, 409 de hígado, 50 de corazón, 6 de pulmón y 4 de páncreas entre otros? De acuerdo al Observatorio Mundial de Donación y Trasplantes (GODT, por sus siglas en inglés), creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se encuentra en el lugar 42 de los 50 países con mayor actividad en la donación de órganos. El Cirujano Trasplantólogo del Instituto Nacional de Pediatría, Francisco Antonio Medina Vega comenta “En México la cultura de donación de órganos es muy pobre; apenas es de entre 3 y 4 donadores por cada millón de habitantes”
Existen dos formas de donación, la primera en la que una persona puede donar algún órgano o porción de órgano sin que afecte su salud, esto siendo conocido como donación en vida. Por ejemplo, una persona puede donar un riñón gracias a que los seres humanos contamos con dos y es posible llevar una vida normal con uno solo. Este procedimiento requiere de una evaluación médica tanto del donador como receptor para descartar cualquier riesgo sanitario. En otros casos se puede donar una porción de hígado en línea directa, de padres a hijos.
La segunda forma de donación es la donación cadavérica, en la cual la persona fallece por paro cardio-respiratorio o muerte encefálica, se debe de contar con el consentimiento de su familia para la donación, o con el certificado de que avale que esta persona es donadora de órganos, teniendo previamente el diagnostico de muerte clínica y el motivo del fallecimiento.
En la Ley General de Salud de México se establece que todos los ciudadanos mexicanos son donadores de órganos, reconociendo como derecho la decisión de cada mexicano de ser donador, por lo cual es sumamente importante el que si uno desea ser donador lo externe abiertamente con sus familiares y amigos, así como es oportuno que se registre como donador con el documento o tarjeta por parte del CENATRA, siendo estos documentos oficiales.
Toda persona dispone de su cuerpo y podrá donarlo, total o parcialmente, según el Artículo 320, por lo cual si cada uno de nosotros es libre de hacer el bien por medio de donaciones y acciones sociales que los medios y la sociedad nos facilita, porque no serlo de una manera más profunda y trascendental que lleve nuestra vida a no solo el hecho de vivirla físicamente si no de regalarle a otra persona un pedazo de nosotros, un milagro, esperanza para continuar, es increíble cómo podemos continuar ayudando sin que nosotros no lo vivamos directamente, es una manera puramente de trascender y regalarle a la vida un poco de lo que nos permitió aprender y vivir con las personas que nos rodea, de saber qué es lo que sucederá cuando ya no estemos y como continuaremos haciendo un bien a la sociedad.
Colaboración
Conozco una persona con Mal de Parkinson, que desea donar sus órganos para investigación. Me interesa encontrar a una institución que se interese por ello, pues él tiene ya 81 años.