La reunión de Donald Trump con los ejecutivos de diversas petroleras ha levantado sospechas sobre las maquinaciones llevadas a cabo en dicho encuentro, las cuales se dice que ponen en peligro al medio ambiente. De acuerdo con un importante grupo de investigación, Trump y petroleras acordaron colaborar para perseguir intereses en mutuos.
Lamentablemente, la lucha por la justicia climática y la reducción de emisiones, como principal medida para abordar la crisis actual, se han subordinado en varias ocasiones a intereses de particulares con los recursos suficientes para financiar lo más conveniente para sus negocios. Tal parece que la contienda por la presidencia de los Estados Unidos merece el sacrificio de las necesarias acciones para salvaguardar el Planeta y garantizar a sus habitantes el derecho a un medio ambiente sano.
Entérate de los presuntos acuerdos que Trump propuso y cómo estos podrían dañar a la Tierra.
¿Trump y petroleras pactan patrocinio ecocida?
Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW), un grupo de investigación que impulsa acciones legales contra funcionarios que sacrifican atentan contra el bien común en áreas específicas y de intereses personales, ha iniciado otra pesquisa contra Donald Trump, a quien acusan de violar nuevamente la constitución durante la reunión de Mar-a-Lago que tuvo con líderes de compañías petroleras el mes pasado, las cuales, afirman, merecen sanciones jurídicas.
CREW informó a The Guardian que están realizando una investigación sobre la cena de Trump con más de 20 ejecutivos de petroleras y gaseras debido a que el político les pidió una contribución de mil millones de dólares para su campaña presidencial bajo la promesa de que dará marcha atrás a las restricciones de Biden a los combustibles fósiles, tales como restricciones a los permisos de exportación, perforaciones o contaminación derivada de este tipo de productos.
Virginia Canter, principal asesora de ética de CREW habló sobre la sospechosa discusión entre el ex presidente y los empresarios:
«Se trataba de un pequeño grupo muy centrado en una industria en particular, se había puesto a disposición una cantidad de mil millones de dólares, que describió como un acuerdo, lo que plantea dudas sobre la naturaleza transaccional de la reunión».
Virginia Canter, asesora de ética de CREW
Canter indica que los abogados del grupo están evaluando la sanción que amerita este suceso:
«Estamos analizando muy seriamente si la oferta de Trump para recaudar fondos a los ejecutivos petroleros por mil millones de dólares merecería alguna acción adicional»
Virginia Canter, asesora de ética de CREW
¿Es legal lo que ha hecho Trump?
La línea entre lo permitido y lo enjuiciable es delgada y depende del simple orden del discurso y la terminología. Según el estatuto sobre soborno, 18 USC 201(b), los funcionarios públicos no pueden buscar o recibir algo de valor a cambio de ejecutar un acto oficial, pero sí se les permite solicitar donaciones dentro del marco regulatorio de financiación de campañas y exponer sus objetivos a los políticos y empresas con las que coincidan. No obstante, los aspirantes a la presidencia no tienen permitido solicitar dinero como condición para realizar ciertos actos cuando se encuentren en el cargo.
Deborah Hellman, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Virginia, explicó a The Guardian que para que este estatuto se pueda usar para enjuiciar a Trump sería necesario tener pruebas de que hubo un trato de recibir dinero a cambio de desmantelar las regulaciones climáticas al llegar al cargo:
“Para él, decir ‘lo estoy haciendo porque me estás dando el dinero’ es un quid pro quo, pero decir ‘lo voy a hacer, así que deberías querer que me elijan’ no lo es. «
Deborah Hellman, abogada de la Universidad de Virginia
Aunque esta negociación ecocida aún no se hubiera realizado, los datos de la Comisión Federal Electoral, provenientes del Organismo de Control sin Fines de Lucro OpenSecrets señalan que la industria de los combustibles fósiles ha donado 7,3 millones de dólares tanto a la campaña de Trump, como a los grupos que la favorecen, en esta nueva contienda electoral.
¿Alguien hará algo para impedir este tipo de prácticas?
Los demócratas informaron que ya están tomando sus propias medidas para investigar lo ocurrido en Mar-a-Lago. El 13 de mayo los demócratas de la Camara de Representantes enviaron cartas a los petroleros para pedir los pormenores sobre lo tratado en aquella cena.
Por su parte, Sheldon Whitehouse, senador de Rhode Island y presidente del Comité de presupuesto del Senado, declaró que la presunta promesa de eliminar las restricciones a los combustibles fósiles en cuanto llegue al poder, aunado a la petición de dinero es una “oferta de flagrante quid pro quo”. Esto implicaría que es posible apelar a la enmienda sobre soborno contra el también empresario estadounidense.
Whitehouse añade que lo que se habló en la cena es «prácticamente una invitación a hacer preguntas sobre la corrupción y manipulación política de las grandes petroleras» y que su comité está trabajando en impedir que la industria no pueda comparar a los políticos “para cargar con la factura a los contribuyentes”.
La industria que alienta la crisis climática
El presunto pacto de Trump y petroleras no sólo ha generado escrutinios contra el ex mandatario estadounidense, sino que también las compañías de combustibles fósiles se encuentran en la mira pública ante el potencial peligro de que estos supuestos se hagan realidad.
Se sabe que la industria petrolera del país ya se alista para el posible regreso de Trump a la Casa Blanca mediante la redacción de órdenes presidenciales sobre exportación de gas natural y perforaciones en el mar que esperan que firme tan pronto obtenga el cargo.
El mes pasado, InfluenceMap, que utiliza la base de datos The Carbon Majors, informó que el 80 % de las emisiones globales de CO2 corresponden a 57 productores de combustibles fósiles y cemento y que las compañías de petróleo y gas no han aumentado su producción luego de que se firmó el Acuerdo de París, en lugar de disminuirlo.
Por tanto, combatir la crisis climática requiere la colaboración de las empresas de este sector, quienes deberán tomar medidas para disminuir su polución y ayudar en la transición energética, si no quieren ser los principales causantes de un desastre climático mayor al que estamos experimentando, el cual tendría severos costos humanos, ambientales y económicos. Es hora de la RSE de parte de esta industria y no del retroceso en derechos y cuidado del medio ambiente.
La clara falta de liderazgo ético y responsable de parte del aspirante a la presidencia de Estados Unidos debe mantener alerta a la sociedad, ambientalistas y gobiernos, quienes tendrán que asegurarse de que no ocurran estos actos que socavan los logros en materia de defensa ambiental y vulneran a los ciudadanos, víctimas de intereses particulares carentes de conciencia social y ecológica.