En pleno debate sobre racismo en Estados Unidos, el hashtag #BlackLivesMatter (las vidas de los negros importan) cobra fuerza de nuevo. Las denuncias sobre discriminación racial y abuso policial que sufren los negros en Estados Unidos se están empezando a visibilizar también a través de la ficción.
Los casos más recientes están en series actuales, como Black-ish, que en España emite Neox. En ella se abarcó el tema de la brutalidad policial, el miedo hacia la policía o la confianza en la justicia desde diferentes puntos de vista representados por sus personajes. También series como Scandal, emitida en España por Fox y Cuatro, o Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales (emitida por Nova) abordaron el tema. En el caso de Scandal, en el capítulo no era difícil identificar a la víctima ficticia en la vida real, como el caso del asesinato que dio lugar a las protestas en Ferguson. Estos son capítulos recientes, relacionados con la actualidad. Pero también hay series antiguas, y tremendamente populares en los 90 también en España que ya lo habían hecho: Cosas de Casa (la de Steve Urkel) y El Príncipe de Bel-Air.
En el caso de Cosas de Casa, el capítulo más llamativo es el 15 de la quinta temporada: Poli bueno, poli malo (1994). En él, Eddie Winslow, el hijo mayor, es arrestado por no poner un intermitente, una medida desmesurada para esa infracción. Eddie cuenta a su padre, el policía Carl Winslow, lo ocurrido e insiste en el en el trato racista recibido. El padre detecta una anomalía en la manera en la que se hijo ha sido tratado y decide investigar. Finalmente, Carl confirma que su hijo fue acosado por el hecho de ser un chico negro que paseaba en coche por un barrio de blancos.
Cuando Carl habla con los policías que detuvieron a su hijo, estos se excusan con frases como “su hijo encaja con la descripción de un ladrón de coches que estamos buscando (…) vamos, no se ponga así, ¡estaba oscuro y es un negro!”, o “su chico estaba en la parte equivocada de la ciudad (…) no irían por allí si no estuvieran buscando problemas”.
No es el único capítulo de la serie de Steve Urkel que toca este tema. En el capítulo 20 de la segunda temporada (1991), Laura Winslow pide durante el Mes de Historia Negra que esa asignatura sea considerada como una clase anual más, por lo que recibe amenazas racistas por parte de algunos compañeros. (A partir del minuto 0:23).
En el caso de El Príncipe de Bel-Air, hay muchos momentos en los que se denuncia el acoso que sufren los negros en EE UU. En un capítulo llamado Identidad errónea (1990), Carlton y Will son detenidos por robar un coche, cosa que no han hecho. Ya en casa, Carlton cree que los han detenido por ir demasiado despacio, pero Will le saca del error dienciéndole que nunca había oído hablar de la ley que castiga ir demasiado lento, pero sí de otra que consiste en detener a los negros que conduzcan algo que no sea un monopatín porque casi seguro que lo que conducen es robado.
En otro capítulo de la segunda temporada, Pleito ganado (1991), muestran el problema entre esta población y la policía en modo de gag. En él, Jazz, amigo de Will, va a prestar declaración en un juicio. Cuando tiene que hacer el juramento, Jazz se niega a bajar los brazos ante el policía: “De ninguna manera [voy a bajar las manos]. El tipo tiene un arma, lo que verás después son 6 disparos de advertencia en mi espalda”.
Fuente: Verne