El auge de las compras en línea ha generado enormes pilas de cajas de envío y materiales de embalaje desechados que se sitúan en las vialidades como monumentos a la basura.
Pero al mismo tiempo, esta tendencia ofrece a las marcas nuevas oportunidades para adoptar estrategias circulares, como el e-commerce sostenible, atrayendo a una nueva generación de consumidores preocupados por el medio ambiente.
Si el aumento de clientes no es suficiente motivación, las iniciativas de políticas gubernamentales (al menos en Estados Unidos) deberían ser otro gran estímulo para impulsar a las marcas a reducir los residuos y a actuar acorde con las nuevas normativas de gestión de desechos, pero aún no lo son.
E-commerce sostenible: EE.UU y Canadá
Las marcas que hacen negocios en el mercado estadounidense pueden mirar a Canadá para vislumbrar el futuro. En los últimos años, varias provincias de este último país han hecho la transición hacia el modelo de responsabilidad ampliada del productor (RAP), en la cual los fabricantes y proveedores son responsables de los impactos de sus mercancías a lo largo de su ciclo vital, incluso su destino más allá del uso del consumidor.
A diferencia de las jurisdicciones estadounidenses, los estados canadienses, como Quebec Manitoba y Saskatchewan, exigen a los productores de cajas de cartón y otros materiales reciclables que compensen el costo del servicio de reciclaje de desechos en las calles o que garanticen por su cuenta, por ejemplo en Ontario y Columbia Británica, las actividades de clasificación y reciclaje.
Estas maniobras, de implementarse en Estados Unidos, representarían un cambio importante, además de una contribución a los efectos que tiene el consumo de esa nación.
Recientemente, el Ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Quebec, Benoit Charette, anunció el siguiente gran paso de la localidad en materia de RAP.
La nueva normativa exigirá a las empresas que suministran envases, embalajes y papel impreso que recojan, clasifiquen y reciclen, en lugar de limitarse a asumir el costo.
Con dicha reglamentación que entrará en vigor para el 2025, los productores y proveedores tendrán que garantizar que las operaciones de reciclaje estén disponibles y sean compatibles con sus productos, y ayudarán a crear mercados fiables para los materiales reciclados.
Muchas compañías ya han empezado a coordinar estrategias con los recicladores. Entre ellos se encuentra la empresa Sustana, que se ha asociado con otros fabricantes para que las operaciones de reciclaje puedan dar paso a otros tipos de vasos elaborados de papel, que se espera lleguen al mercado en un número cada vez mayor, a medida que la tendencia a la prohibición del plástico cobre fuerza.
Aprovechar e-commerce sostenible
Geneviève Dionne, experta en diseño industrial en ecodiseño y envasado de Éco Entreprises Quebec —una organización privada sin ánimo de lucro, fundada por los proveedores de envases, embalajes y papel para gestionar su responsabilidad financiera en los servicios de reciclaje— destaca que las marcas pueden aprovechar la posibilidad del e-commerce sostenible para trabajar dentro de la nueva normativa.
Quienes utilizan envases para comercializar productos deben ahora gestionarlos y asegurarse de que se reciclen.
La industria tiene que demostrar que los envases son compatibles con el sistema de acera y que son reciclables en la práctica, no solo en la teoría.
Geneviève Dionne, experta en diseño industrial, en ecodiseño y envasado de Éco Entreprises Quebec.
La diferencia del comercio electrónico es sencilla, pero significativa: Con la compra online, las marcas ya no tienen que producir grandes volúmenes de envases llamativos en los estantes para atraer a los consumidores, creando un e-commerce sostenible. Esto es una ventaja ante nuevas normativas de reciclaje.
El envase forma parte de nuestras decisiones de compra: Cuando se compra por Internet, se presta menos atención al envase y más al producto.
Geneviève Dionne, experta en diseño industrial, en ecodiseño y envasado de Éco Entreprises Quebec.
Aun así, existe una curva de aprendizaje. Al principio de la pandemia, Dionne y su equipo de Éco Entreprises Quebec observaron una gran cantidad de “sobreembalajes”, ya que las compañías entregaban en los empaques diseñados para las estanterías de las tiendas o en cajas de gran tamaño.
Últimamente, las empresas están empezando a reducir sus contenedores para adaptarlos al modelo de entrega del comercio electrónico, dijo Dionne. Y señaló que los servicios postales están comenzando a probar los envases reutilizables, lo que crea la posibilidad de que las empresas puedan compartir los sobres y cajas de entrega.
Colaborar para reducir los materiales no reciclables
La reducción de envases elaborados, tipo estantería, es un beneficio oculto del comercio electrónico, pero podría verse superado por el uso continuado de materiales no reciclables en los contenedores de entrega y el acolchado interior.
Sustana ha estado trabajando con Éco Entreprises Quebec y otros socios para minimizar el uso de materiales no reciclables y centrarse en el contenido de fibra, dijo a TriplePundit, Emily Olson, directora y embajadora de sostenibilidad de Sustana, quien agregó:
Los envases de fibra son los que más se reciclan en el flujo de residuos. En Estados Unidos, más del 66% de los productos de papel y cartón se reciclan, en contraste con menos del 5% del plástico, por lo que se trata de una oportunidad apasionante para recuperar y reciclar envases.
Emily Olson, directora y embajadora de sostenibilidad de Sustana.
Por ello, es optimista respecto a las oportunidades que tienen las agencias, los consumidores y las empresas para colaborar en los envases de comercio electrónico que hacen avanzar la economía circular.
La pandemia del COVID-19 ha dado a los consumidores y a las empresas la oportunidad de hacer una pausa y analizar realmente nuestro consumo.
Estamos viendo una reducción del volumen de los envases, y más sistemas de ‘diseño inteligente que utilizan menos recursos para obtener el mismo rendimiento.
Emily Olson, directora y embajadora de sostenibilidad de Sustana.
Cómo el comercio electrónico puede abrir la puerta a la circularidad
Tal y como lo ve Olson, la mayor dependencia de los envases de entrega ha hecho que las marcas sean más conscientes de las oportunidades de atraer a los consumidores mediante el uso de fibra reciclada. “Me ha entusiasmado ver cómo muchas —desde las que figuran en la lista Fortune 500 hasta las pequeñas — se comprometen a utilizar envases más ecológicos”, y afirma:
Están aumentando la cantidad de contenido reciclado, asegurándose de que sus envases sean reciclables y ampliando las opciones de envases reutilizables.
Emily Olson, directora y embajadora de sostenibilidad de Sustana.
También es posible que los consumidores acostumbrados a los envases más ecológicos empiecen a cambiar la aguja de la sostenibilidad en los envases de las tiendas. Esto podría suponer un reto especial en el ámbito alimenticio, pero el mercado parece estar preparado para la transformación.
De hecho, los minoristas han introducido en los últimos años sus propias iteraciones de la tendencia de la “marca genérica” de los años 70. Algunas tienen una larga historia con la fibra reciclada.
Hasta hace poco, el punto de fricción eran los envases que entraban en contacto directo con los alimentos. En Estados Unidos, estos materiales deben cumplir las normas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), lo que anteriormente suponía un problema para añadir fibra reciclada.
Esto está cambiando. La presión para que se utilice más contenido reciclado ha creado un incentivo para que los recicladores innoven e inviertan en nuevas tecnologías que permitan un uso más generalizado de la fibra reciclada.
En 2018, Sustana se convirtió en el primer reciclador en América del Norte en lograr el cumplimiento de la FDA para el contacto directo con los alimentos, bajo el nombre de propiedad EnviroLife. Además de los alimentos y bebidas envasados.
EnviroLife es una nueva oportunidad en el área de alimentos y bebidas para llevar, ya que posee kits de comida, otro campo que ha experimentado un crecimiento durante la contingencia por COVID-19.
En el marco del comercio electrónico, estas tendencias se encuentran convergiendo para construir un nuevo modelo de consumo que se apoya más en Internet para la atracción visual y menos en la extracción de recursos naturales. Las piezas están todas en su sitio, y ahora depende de los líderes aprovechar la oportunidad, antes de que los responsables políticos los obliguen.