Recientes declaraciones del gobierno de los EE.UU. podrían dar un giro inesperado a la crisis mundial por COVID-19. Ante la expectativa de muchos y desconfianza de otros, Biden, da un ejemplo de conciencia política y social: vacunar al planeta ¿Se trata de una especulación? ¿existen intereses ocultos? te contamos.
Por si esto no fuera suficiente de asimilar, Biden también ha hecho un llamado a los países ricos a comprometerse a donar y no vender las inmunizaciones a las naciones más necesitadas. Asumiendo un compromiso social histórico.
La noticia por AP News comenta que EE.UU. está duplicando su compra de inyecciones de COVID-19 de Pfizer para compartir con el mundo mil millones de dosis, con el adopta el objetivo de vacunar al 70% de la población mundial durante el próximo año.
Biden, también ha enfatizado en su comunicado que estas acciones se realizaran sin «compromisos políticos». Asimismo puntualizó la necesidad de la cooperación global para derrotar a COVID-19 y mejorar las acciones para prever futuras pandemias.
No vamos a resolver esta crisis con medidas a medias o ambiciones intermedias». “Tenemos que ir a lo grande.
Joe Biden, Presidente de los EE. UU.
Estos anuncios se realizaron previos a la cumbre internacional virtual de la Asamblea General de la ONU (AGNU) realizada el día de ayer. Donde también insto a la ciencia, y voluntad política para hacer frente a la pandemia.
Necesitamos actuar ahora para recibir las inyecciones en los brazos lo más rápido posible y ampliar el acceso al oxígeno, las pruebas y los tratamientos para salvar vidas en todo el mundo.
Sin embargo, la compra anunciada por Estados Unidos refleja solo una fracción de lo que se necesita para cumplir el objetivo de vacunar al 70 por ciento de la población mundial. Y al 70 por ciento de los ciudadanos de cada nación.
Vacunar al planeta… ¿es real?
¿Son alcanzables los objetivos de Biden?, si tomamos en cuenta que en el mundo se han administrado más de 5.9 mil millones de dosis de COVID-19 durante un año, lo que representa alrededor del 43 por ciento de la población mundial.
Además, desde un inicio el actual gobierno EE. UU se había fijado el objetivo de vacunar al 70% de su población adulta. Antes del 4 de julio, pero la vacilación persistente sobre la vacuna contribuyó a que la nación no alcanzara ese objetivo hasta un mes después. Casi el 64% de toda la población de EE. UU. Ha recibido al menos una dosis y menos del 55% está completamente vacunada. De acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Pese a ello, funcionarios estadounidenses se mantienen optimistas y esperan aumentar esas cifras en los próximos meses. Alentando el uso de mandatos de vacunación como vacunando a los niños una vez que los reguladores autoricen las vacunas para la población menor de 12 años.
Crítica a las buenas intenciones de EE.UU.
No obstante, la buena noticia de vacunar el planeta ha sido fuertemente criticada. Acusan al país de fallas en su respuesta inmediata en los momentos más complicados de la crisis. Además de señalarlo como una administración que priorizo las vacunas de refuerzos a su nación. Antes de que las personas vulnerables en las naciones más pobres recibieran una primera dosis.
Hemos observado fallas del multilateralismo para responder de manera equitativa y coordinada a los momentos más agudos. Las brechas que existen entre naciones con respecto al proceso de vacunación son inauditas.
Iván Duque. Presidente de Colombia
Y es que a pesar de la administración de 5.9 mil millones de dosis de COVID-19 a nivel mundial durante el último año. Aún existen grandes desigualdades en su distribución. Incluso en las regiones más vulnerables del planeta no superan las tasas de vacunación del 2% al 3%.
Esfuerzos tardíos…
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que solo se ha entregado el 15% de las donaciones prometidas de vacunas, de países ricos que tienen acceso a grandes cantidades. La agencia de salud de la ONU ha pedido a los países cumplan sus promesas de compartir dosis «inmediatamente» y pongan a disposición las vacunas para los programas que benefician a los países pobres y África en particular.
Incluso COVAX, el programa respaldado por la ONU para enviar vacunas a todos los países se ha visto afectado por la escasez y producción de suministros. Lo anterior dificulta su objetivo de distribución de la inmunidad a corto plazo. Y lograr vacunar al planeta.
De igual forma, la OMS insta a las empresas que producen las vacunas a dar prioridad a COVAX y hacer públicos sus calendarios de suministro. Igualmente pide a los países ricos evitar la implementación generalizada de dosis de refuerzo y esas dosis puedan estar disponibles para trabajadores de la salud y las personas vulnerables de los países en desarrollo.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, también se ha pronunciado al respecto. Mencionando que de poco sirvió el desarrollo rápido de las vacunas por el «fracaso político» en su distribución.
En ciencia, prevaleció la cooperación; en política, individualismo. En la ciencia reinaba la información compartida; en política, reserva. En ciencia, predominó el trabajo en equipo; en política, esfuerzo aislado.
Ciertamente en menos de año y medio, el COVID-19 ha cobrado la muerte de más de tres millones de personas. Esta pandemia está considerada la peor crisis mundial , y una catástrofe en todos los niveles.
Siguiendo con los informes de la ONU, es urgente que presidentes, primeros ministros y jefes de organismos internacionales y regionales acepten urgentemente su responsabilidad de transformar la forma en que el mundo se prepara y responde a las amenazas para la salud mundial. Si algo es claro, es que la pandemia ha puesto en evidencia que el mundo no está preparado para enfrentar otra.
Ante estos datos surge la pregunta, si aún se está a tiempo de frenar la pandemia. Si EE.UU. en su papel de «reivindicador» logrará la atención que no ha logrado la ONU.
