Atraídos por el diseño y unidos por la amistad, un grupo de jóvenes decidió montar una empresa donde la creatividad fuera una de sus características, pero así también el cuidado del medio ambiente. Con más ganas que experiencia, Hiroshi Ikenaga, Alice Pegman, Daniel Olvera y Karime Tosca fundaron Neko, una compañía de diseño industrial y arquitectura sustentable que desde 2005 busca innovar y apostar por la funcionalidad en cada uno de los productos que desarrollan. Llevan además un firme compromiso por disminuir el impacto ambiental en cada una de sus creaciones.
¿En qué consisten sus servicios?
Realizamos consultoría de proyectos de diseño industrial, de proyectos de arquitectura desde su concepción y fabricación hasta la comercialización de líneas de productos sustentables. Procuramos que sean funcionales y estéticos, y que produzcan el menor efecto negativo sobre el medio ambiente.
¿Cómo fue el inicio?
Comenzamos haciendo mobiliario urbano y señalización para el Bosque de Chapultepec. Después iniciamos con nuestra línea de productos, así como accesorios personales y para el hogar; ahora nos enfocamos más a estos últimos así como a los proyectos.
¿Es fácil crecer en este sector?
No. Crecemos poco a poco a razón de 6.7% en ingresos promedio, pero hace dos años tuvimos un impulso importante porque comercializamos mobiliario urbano. La Secretaría de Desarrollo Social nos contactó para hacer un estandarte que se colocaría en los parques beneficiados por la dependencia. Eso nos retribuyó en un 600% y como respuesta a ello lanzaremos una línea de mobiliario urbano para sustituir el proyecto.
¿Existe apoyo y conciencia ecológica de las autoridades?
Sí. En Culiacán ganamos el concurso del Museo de la Agricultura y uno de los requisitos fue que debía ser sustentable, cada vez hay una mayor necesidad de ello.
¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan?
Principalmente a los materiales, no hay una transparencia por parte de los proveedores y muchas veces no quieren decir de qué elementos está constituido el material, ya que no existe una cultura de informar la composición de la materia prima.
¿Importan materiales?
Sí, hay cosas que aquí no se hacen y en China, por ejemplo, sí; pero hemos parado proyectos porque nos dicen que es de origen mexicano y al darnos cuenta de que no es así, decidimos detenerlos. Tratamos que el acero, aluminio, textiles y acero sean nacionales para apoyar a los productores locales y reducir las emisiones contaminantes generadas por la transportación de largas distancias de los materiales.
¿A qué sector de la población están dirigidos sus productos?
Al ver que existen casas muebleras que importan piezas de Europa, principalmente, y los costos son muy altos, al mantenernos con el objetivo de consumir y producir con elementos mexicanos, nos enfocamos a la clase media que representa en promedio 40% de la población total del país, es un nicho que gusta de la moda y sabe de nuevas tendencias.
¿Está creciendo el interés de la gente por estos diseños?
Si, ya hay más conciencia en México, el mercado de venta al detalle en el campo del diseño y decoración es de 100 millones de dólares al año, que representa 4.5% del PIB del país y 52% de los consumidores prefiere este tipo de muebles o artículos.
Nota de: El Universal; Cartera, p. B2
Autor: Eduardo Camacho
Publicada: 9 de julio de 2010