El proceso de la participación de mujeres como fuerza laboral en Estados Unidos se ha estancado y ya alcanzó su punto máximo hace dos décadas.
La mayoría de las mujeres están realizando diferentes cambios cuando tienen hijos, y algunos economistas se han percatado de esto y le están prestando más atención.
Es por eso que hace unos días, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, hizo sonar la alarma en un discurso en la Universidad Brown.
«Nosotros, como país, hemos cosechado grandes beneficios del creciente papel que las mujeres han desempeñado en la economía», dijo, «pero la evidencia sugiere que las barreras para el continuo progreso de las mujeres persisten».
Entre esas barreras: «la falta de igualdad de oportunidades y desafíos para combinar trabajo y familia».
Según Reforma, Yellen y otros economistas se están enfocando en las barreras que enfrentan los padres, especialmente las madres, como el alto costo del cuidado infantil y la falta de flexibilidad en el lugar de trabajo.
«Para mantener a las mujeres y los hombres productivos en el mercado de trabajo, es una buena idea tener instituciones de apoyo que pueden aliviar algunas de las cargas de los padres solteros y las parejas casadas con niños», dijo Torsten Slok, economista jefe del Deutsche Bank.
Sin embargo, las mujeres de todo el mundo son mucho menos propensas que los hombres de su edad a estar empleadas, y las mujeres estadounidenses tienen menos probabilidades de trabajar que las mujeres en muchos países europeos.
Un poco de historia
De 1948 a 1990 hubo muchas mujeres entrando a la vida laboral y la tasa de crecimiento de la economía estadounidense aumentó un 5 por cierto cada año.
La economía japonesa aumentó un 9 por ciento mientras que la egipcia un 34 por ciento.
En la actualidad muchas mujeres están esperando más tiempo para tener hijos. En 2015, la edad promedio para tener hijos fue de 26.4 años frente a una generación anterior que eligió tener a su primer bebé a los 22.7 años.
En Corea del Sur, las mujeres tienen a su primer hijo en promedio a los 31.1 años de edad.
En un estudio realizado en 2014 se encontró que la mayoría de madres estadounidenses de hijos en edad preescolar, no trabajan y que las mujeres en puestos directivos o profesionales tenían más probabilidades en permanecer en la fuerza de trabajo; solo el 15 por ciento de ellas dejó de trabajar, mientras que sus hijos eran pequeños, pero redujeron la cantidad de tiempo que trabajaban en promedio 2.5 horas por semana.
Tal vez la primera medida que hay que tomar es, ¡DEJAR DE DECIR/ESCRIBIR QUE LAS MUJERES QUE DECIDEN (deciden, porque muchas veces es una opción por propia decisión, y es ¡tan válido y valorable! como optar por trabajar profesional y remuneradamente) QUEDARSE EN CASA Y DEDICARSE A CRIAR A SUS HIJOS …-NO TRABAJAN-!, las mujeres que se dedican al cuidado de sus casas e hijos, ¡¡¡¡TRABAJAN!!!, no se les paga, eso es cierto, no reciben una retribución económica por su TRABAJO, eso es, pero trabajan. No sólo las dueñas de casa de las ciudades que deben trabajar en sus casas, cuidar a los hijos (no, SUS hijos, ya que son de ambos), salir de compras, cocinar, hacer el aseo, lavar, etc, etc, las de los sectores rurales es un TRABAJO aún mucho más pesado, ya que deben en muchos casos, además de lo anterior, cortar leña, buscar el agua, lavar A MANO, ETC, ETC., y todas dependen de la voluntad de sus parejas el aporte económico para sus necesidades propias.