Esta columna es patrocinada por CEMEX, impulsando la construcción sustentable.
Los espacios verdes cada día acaparan más zonas en México, uno de ellos es la Cafetería Azul y Rojo, la cual nace de la necesidad de los alumnos del Instituto Andersen de contar con un espacio adecuado para relacionarse y llevar a cabo distintas actividades en las horas libres. Es una propuesta ecológica que muestra una alternativa para el aprovechamiento de las azoteas en desuso.
La construcción se conforma por un juego de volúmenes que hacen referencia al movimiento del viento; cruzándose entre sí, ambos cuerpos conjugan las dos funciones básicas de una cafetería o restaurante: área de cocina y área de comensales, misma que corrió a cargo de los diseñadores, Alejandro Chávez Delgado y Luis Farfán, de Boutique de Arquitectura.
Las formas orgánicas nacen de un estudio de viento que ayuda a definir la curvatura de las cubiertas; otro de los factores importantes de diseño son las visuales que se logran desde la entrada del colegio, estas visuales fueron fundamentales para definir la posición y altura de los volúmenes propuestos.
Al observar la volumetría es muy fácil identificar dos volúmenes primarios, cada uno de estos volúmenes tiene una función distinta, el blanco está destinado específicamente a la parte de servicios, es decir, preparación y venta de alimentos, el volumen de madera (trex) es la parte de comensales, dentro de este volumen hay una parte cubierta y una parte al aire libre para dar más opciones a los usuarios.
El concepto motor del proyecto se origina al proponer una envoltura que trabaja como piso y cubierta a lo largo de la azotea. Al exterior, forma un deck de madera habilitando el área de terraza para luego elevarse y contener el espacio interior donde se encuentran las barras de servicio. Tanto su forma orgánica, como su homogéneo recubrimiento de madera la hacen enfatizar la continuidad de la volumetría y el flujo de circulaciones.
Con el objetivo de reducir cargas muertas, se utilizaron materiales ligeros. Toda la estructura de los dos volúmenes es metálica y están forrados con trex un material 100 por ciento ecológico hecho a base de granos de arroz y maíz, y en el caso del volumen blanco con paneles de cemento prefabricados. Estos dos volúmenes se cierran con cristal templado para evitar cancelería y tener vistas limpias hacia el resto del Instituto.
Las caras laterales bajo la envoltura son de vidrio claro templado, permitiendo así la constante visibilidad de los jardines al exterior de la cafetería. Un detallado diseño de paisaje fue necesario para lograr los remates visuales que provocan a los usuarios a concebir el espacio como un nuevo refugio natural.
Tanto el área de terraza como el área de comensales están pensadas como áreas recreativas destinadas al descanso de la agitada y estresante vida estudiantil. Para esto, la terraza cuenta con un aproximado de 200 piezas de vegetación, las cuales se dividen en capas para generar mayor profundidad en espacios reducidos.
El proceso de diseño tomó cuatro meses, tomando en cuenta el cálculo estructural, proyecto ejecutivo, presupuestos y programación de obra; la parte de construcción se hizo en 10 meses y la apertura fue en abril del 2011.
La cafetería ubicada en el último nivel del edificio de preparatoria del Instituto Andersen, al Oriente de la Ciudad de México, tuvo un costo de obra de 350 mil dólares. El diseño está conformado por un juego de volúmenes que hacen referencia al movimiento del viento, y a su vez resuelve la problemática de las azoteas grises carentes de vegetación.
Boutique de Arquitectura, encamina sus proyectos hacia la protección del medio ambiente utilizando materiales reciclables, sistemas tecnológicos de bajo impacto ambiental y métodos constructivos que eviten potencialmente el deterioro de la ecología.
