Los conceptos pueden parecer distantes entre sí, aunque debieran ser complementarios, pero esa distancia es la que ha originado gran parte de los problemas ecológicos que enfrenta el Planeta.
La visión y la función actual de la educación buscan prolongar el trinomio imperante: producción-publicidad-consumo. Lejos quedó su sentido humanista basado en el desarrollo integral del individuo como persona, más el enriquecimiento académico que incorporaba al ciudadano a la vida productiva del país.
Bajo esa perspectiva se propiciaba que en términos generacionales, un obrero o campesino sabían que sus hijos tenían la oportunidad de ser profesionistas.
Lo anterior se conoce como movilidad social, fenómeno vinculado a la teoría de las clases sociales de un sistema socio económico. Actualmente la realidad es otra, confirmada por las mismas autoridades universitarias: las instituciones de educación superior son incubadoras de desempleados.
La educación, resultó afectada por el desinterés del estado en una educación pública de calidad evidenciada con los sucesivos fracasos de las reformas educativas. El trabajo, por las políticas socio económicas basadas en el discurso que insiste en exaltar la creación de fuentes de empleo y una mejor calidad de vida.
Las mismas cifras oficiales consideran sesenta y cinco millones de pobres patrimoniales y alimentarios. Sumando todas las pobrezas se reúnen ochenta millones de integrantes de la pobreza galopante en un país de ciento cinco millones de habitantes.
Desde siempre la educación ha estado inmersa en el ambiente socio político; es ideología que responde a los intereses de la clase dominante. Qué mejor ejemplo que las conquistas a lo largo de la historia en cualquier continente.
No escapa a este fenómeno la educación ambiental, que como parte de la educación en sí, también tiene un carácter político. Uno de sus objetivos es el análisis del origen de los problemas ambientales no como algo que ya existe, como si fuera algo natural.
Otro, propiciar una visión diferente del mundo en que vivimos, no aparecer en los sistemas educativos como añadido, que en vez de generar cambios tangibles queda desplazada por las reformas en puerta.
Además de muchas otras razones, hay que añadir que la mayoría de la problemática ecológica ha sido causada por la ambición desmedida de los países desarrollados que a la fecha siguen considerando que pueden administrar y explotar los recursos del planeta como suyos, sin importar los derechos de los demás.
Lo importante ahora es producir y estimular el consumo desmedido o consumismo de artículos superfluos. Ojalá llegue el momento de un consumismo de cultura, de ética, de principios, de valores patrios. El valor de la persona es en función de su individualidad consumidora que debe ser de tiempo completo para ser un consumidor ejemplar.
Decía Galeano en el 2007, “… la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar; sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión…”
Aquí ya intervienen otros factores: los medios de comunicación que juegan un papel básico. Hay países en que se identifica la educación ambiental informal, extra escolar, con la que se realiza por los medios de difusión y comunicación. Aunque debería existir un equilibrio entre la propaganda consumista y la ambiental, sin embargo esto no es ni será así, dada la naturaleza del sistema socioeconómico imperante.
Las contradicciones saltan a la vista y es difícil que germine la semilla de la responsabilidad y cultura ambiental. La publicidad dicta el consumo de miles de productos innecesarios que generan desechos. Un apartado especial lo tiene la industria electrónica del entretenimiento y la comunicación por la basura que genera y sus daños que van más allá de dónde confinarla.
La idea de una alimentación balanceada y las campañas oficiales por alcanzar una vida más sana con la suma de millones de kilos de sobrepeso menos en la población, las contrarrestan los medios que ordenan consumir refrescos, pastelitos, hamburguesas, sopas instantáneas maravillosas y comida chatarra.
Las campañas contra las emisiones contaminantes por bióxido de carbono en dónde quedan, si la publicidad ilusiona con la compra de vehículos cada año. Salvo fechas muy marcadas y con fines políticos, es raro que haya cruzadas publicitarias que promuevan la Agenda Ambiental y sus beneficios.
La comunicación masiva debería funcionar como herramienta de la educación en nuestro país, pero los contados esfuerzos por educar mediante estas tecnologías apenas se ven al estar controlada por grupos minoritarios que no son comunicadores ni educadores y que, aprovechando las lagunas oficiales, anteponen el beneficio económico al de la sociedad, gracias a la cual sus empresas existen.
La forma: entender el contenido de la antigua máxima: “La historia es la maestra de la vida”
El fondo: aprovechar las ventajas del desarrollo para un verdadero progreso de la humanidad, porque: TODOS SOMOS NATURALEZA.