La Alianza Nacional por el Derecho a Decidir (Andar) menciona que la interrupción legal del embarazo (ILE) forma parte de los derechos humanos de las mujeres y personas con capacidad de gestar. Independientemente de que el aborto sea legal o no, las personas gestantes sigue necesitando servicios de aborto y acceder de manera habitual a ellos.
El pasado 24 de junio, el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó el derecho al aborto por lo que la decisión de permitirlo o prohibirlo quedó en manos de los 50 Estados del país. Planned Parenthood menciona que al menos 36 millones de mujeres en edad reproductiva podrían perder el acceso al aborto, lo que pone en peligro a las personas más vulnerables de la sociedad como las comunidades negras, latinas e indígenas, las personas con discapacidades, las que viven en áreas rurales, jóvenes, inmigrantes y quienes tienen dificultades financieras.
Impedir la interrupción del embarazo no hace que se deje de necesitarlo o se reduzca el número de abortos; sino obliga a las personas a someterse a abortos inseguros. De acuerdo con el Instituto Guttmacher —una ONG estadounidense que se desenvuelve en el campo de la salud reproductiva— menciona que la tasa de abortos es de 37 por 1,000 personas en los países que lo prohíben totalmente o lo permiten solo en caso de riesgo para la vida de la mujer, y de 34 por 1,000 personas en donde los permiten, por lo que la diferencia no es significativa.
Ante la decisión del Tribunal Supremo, varios estados ya se han pronunciado, por lo que te damos a conocer los estados que permitirán el aborto, cuáles no y los que siguen sin tomar una decisión.
