Vista desde el espacio, la selva amazónica no parece un ecosistema al borde del abismo. Las nubes siguen formándose con el aliento de unos 390,000 millones de árboles. Los ríos serpentean a través de lo que parece ser un mar de verde infinito, sin embargo, el Amazonas llega a un punto sin retorno.
De acuerdo con The Washingtong Post, las imágenes de satélite tomadas en las últimas décadas revelan que más del 75% de la selva tropical está perdiendo resistencia, como lo reporta un estudio de la revista Nature Climate Change.
¿Por qué el Amazonas llega a un punto sin retorno?
La vegetación es más seca y tarda más en regenerarse tras una perturbación. Incluso las extensiones de bosque más densas tienen dificultades para recuperarse. Esta debilidad generalizada es una señal de alerta temprana de que el Amazonas llega a un punto sin retorno, afirman los autores del estudio.
En medio del aumento de las temperaturas y otras presiones humanas, el ecosistema podría sufrir un retroceso repentino e irreversible. Más de la mitad de la selva tropical podría convertirse en sabana en cuestión de décadas.
Una transición que pondría en peligro la biodiversidad y cambiaría los patrones climáticos regionales y aceleraría drásticamente la crisis, ya que históricamente, la Amazonia ha sido uno de los «sumideros de carbono» más importantes de la Tierra, extrayendo miles de millones de toneladas de CO2 del aire y almacenándolo en la vegetación.
Aliada del clima
Los investigadores temen que la liberación repentina de este carbono ponga fuera de alcance el objetivo climático más ambicioso de la humanidad: limitar el aumento de la temperatura a 1.5 Cº (2.7 grados Fahrenheit).
Carlos Nobre, un científico del clima en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo, que no participó en la nueva investigación, aseguró que:
Como científico, se supone que no debo tener ansiedad. Pero después de leer este documento, estoy muy, muy ansioso […]. Este muestra que nos estamos moviendo en una dirección completamente equivocada[…]. Si superamos el punto de inflexión, son muy malas noticias.
Carlos Nobre, un científico del clima en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo.
El Amazonas llega a un punto sin retorno en el clima global, confirman los científicos, por lo que en lugar de empeorar constantemente a medida que el planeta se calienta, estos sistemas tienen el potencial de cambiar abruptamente de una fase a otra —posiblemente con muy poco aviso—.
La selva está cambiando
Durante los últimos 50 millones de años, el Amazonas ha estado en una fase de selva húmeda. Los propios árboles garantizaban su existencia: el agua que se evaporaba de las hojas creaba un bucle interminable de precipitaciones, mientras que el denso dosel impedía que la luz solar secara el suelo.
Los contornos de este hábitat pueden haberse modificado un poco en respuesta a las edades de hielo, los incendios forestales y el aumento de los mares, pero siempre fue capaz de volver a su estado exuberante y verde.
Sin embargo, el calentamiento y la deforestación provocados por el ser humano han alterado este sistema que se refuerza a sí mismo. Las condiciones de calor en el océano Atlántico han prolongado la estación seca del Amazonas durante varias semanas.
Al talar aproximadamente el 17% de sus árboles, la gente ha socavado el mecanismo de reciclaje de agua del bosque. Los árboles estresados por la sequía son más vulnerables a los incendios forestales. Y cuantos más mueren, menos lluvia cae, lo que a su vez empeora la mortandad de vegetación.
En un momento dado, el ecosistema perderá más árboles de los que puede recuperar en estas condiciones de calor y sequedad. La oscura, densa y húmeda selva tropical dará paso a una sabana más abierta.
El matemático Niklas Boers lo compara con alguien que se inclina hacia atrás en una silla. Si no se inclinan demasiado, pueden volver fácilmente a tener las cuatro patas en el suelo. Pero una vez que pasan el punto de inflexión, todo el sistema se viene abajo. Y es mucho más difícil volver a levantarse que caer.
Las imágenes de satélite que Boers y sus colegas analizaron sugieren que el Amazonas llega a un punto sin retorno, ante ello es inminente actuar.
Pierde resistencia
Observando extensiones de bosque con al menos un 80% de cobertura de árboles de hoja ancha —áreas que no han sido muy afectadas por la deforestación—, los investigadores descubrieron que la gran mayoría de las parcelas se recuperan más lentamente tras las fluctuaciones estacionales que hace 20 años. Las parcelas situadas en las zonas más secas del sur, así como las que estaban más cerca de las carreteras, fueron las que más sufrieron.
La pérdida de resistencia que hemos observado significa que probablemente nos hemos acercado a ese punto crítico […]. Pero también significa que no hemos pasado el punto de inflexión, así que hay esperanza.
Niklas Boers, matemático.
El artículo de Nature Climate Change no precisa cuándo podría el Amazonas cruzar este peligroso umbral. Incluso una vez que el ecosistema se haya desestabilizado por completo, puede persistir hasta que una fuerza externa —por ejemplo, un megaincendio o una grave sequía— lo lleve al límite.
El momento de no retorno podría no ser obvio hasta que sea demasiado tarde para hacer algo, señala el autor principal Chris Boulton, un científico del clima en la Universidad de Exeter.
Es como Wile E. Coyote [caricatura animada] corriendo por un acantilado […]. Parece que está bien, y de repente mira hacia abajo y se da cuenta de que se ha ido por el precipicio.
Chris Boulton, un científico del clima en la Universidad de Exeter.
Eso es lo que hace que este estudio —la primera evaluación empírica de la inestabilidad en toda la selva tropical— sea tan valioso. Además Boulton, piensa que si demostramos que uno de estos sistemas se está acercando a un punto de inflexión, eso puede hacer que la gente se despierte.
Para el 10% de las especies conocidas que tienen su hogar en el Amazonas, la pérdida de la selva tropical podría ser una señal de muerte. Un retroceso catastrófico pondría en peligro a millones de personas que dependen del ecosistema para alimentarse; el 70% de la lluvia que cae en el norte de Argentina, granero de Sudamérica, procede de los árboles amazónicos.
Si el Amazonas llega a un punto sin retorno también desencadenaría la contaminación de gases de efecto invernadero en la atmósfera durante varios años. Los estudios demuestran que algunas zonas están produciendo unos 300 millones de toneladas más de carbono de las que extraen del aire, una cantidad aproximadamente igual a las emisiones anuales de Japón.
Los científicos advierten que las consecuencias del calentamiento si se pierde repentinamente la mitad de la selva tropical se sentirían a miles de kilómetros de distancia y durante siglos en el futuro.
Supondría un aumento de las tormentas, un empeoramiento de los incendios forestales, una escasez crónica de alimentos y una subida del nivel del mar de casi 30 centímetros que inundaría las comunidades costeras.
Podría desencadenar otros puntos de inflexión, como el derretimiento de las capas de hielo o la alteración del monzón sudamericano. Sin embargo, a diferencia de las capas de hielo y los flujos monzónicos, que responden únicamente a la cantidad de calor que los seres humanos están atrapando en la atmósfera de la Tierra, el Amazonas llega a un punto sin retorno por dos fuerzas: la deforestación y el cambio climático.
Lo anterior da esperanzas a Boers, porque significa que la humanidad tiene dos estrategias para proteger el ecosistema.«Si eliminamos uno de esos factores de la ecuación, mi intuición sería que el sistema sería capaz de hacerle frente», dijo. «Eso es exactamente lo que hay que decir a los gobiernos de Brasil, Colombia y Perú: Detengan la deforestación hoy mismo», concluye.