Posterior a que las naciones antárticas fallaran con la iniciativa de proteger la Antártida Oriental, Greenpeace hizo un llamado urgente a los gobiernos y líderes mundiales, exigiéndoles mayor visión y ambición para el próximo año y comiencen a crear un ambicioso plan para crear el área marina protegida más grande del planeta.
El área marina protegida más grande del planeta, serpa cinco veces más grande que Alemania y estaá ubicado en el Mar de Weddell, a lado de la peninsula Antartica.
En los próximos doce meses tenemos la oportunidad de hacer historia y crear un Santuario del Océano Antártico», dijo Estefanía González, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace Andino. «Los santuarios marinos no solo protegen a ballenas y pingüinos, sino que aseguran océanos saludables que absorben dióxido de carbono y nos ayudan a combatir de manera eficaz el cambio climático.
El ambicioso plan para crear el área marina protegida más grande del planeta, presentada por la Unión Europea y respaldada por el gobierno alemán, será considerada en por la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), de la que forman parte países sudamericanos como Argentina, Chile y Brasil.
Desde las grandes ballenas azules hasta las vastas colonias de pingüinos, la fauna antártica ya está bajo una fuerte presión por el cambio climático y los barcos pesqueros que aspiran krill, del que depende la vida antártica. La industria pesquera no puede expandir sus operaciones y robar comida de pingüinos y ballenas. Ahora tenemos una oportunidad única para asegurarnos de que eso no suceda, dijo González.
Alex Rogers, profesor de Biología de la Conservación de la Universidad de Oxford en Inglaterra, comentó que si la población mundial desea evitar los peores efectos del cambio climático y cuidar la biodiversidad, es nuestra obligación proteger más del 30% de nuestros océanos.
La Antártida es un lugar fantástico para comenzar: amenazas como el cambio climático, la contaminación por plásticos y la pesca están aumentando. El margen de tiempo para que los gobiernos trabajen juntos protegiendo los océanos es muy corto, por lo que el momento de actuar es ahora, señaló.