Este galardón se otorga a la trayectoria de un artista vivo que en su carrera haya dedicado una especial atención al dibujo
Fundación Mapfre ha fallado el Premio Penagos de Dibujo, que este año ha recaído en William Kentridge, artista sudafricano que ha centrado la mayor parte de su obra en la expresión de las múltiples variables del dibujo.
Este Premio reconoce la trayectoria de un artista vivo que en su carrera haya dedicado una especial atención al dibujo.
El Presidente del jurado que ha otorgado este premio ha sido Alberto Manzano Martos, Presidente de FUNDACIÓN MAPFRE, y el Vicepresidente ha sido Pablo Jiménez Burillo, Director General del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE. El resto del jurado ha estado compuesto por: Francisco Calvo Serraller (Catedrático de Historia del Arte y crítico de arte); Eugenio Carmona Matos (Catedrático de Historia del Arte); Juan Fernández-Layos Rubio (Vocal del Consejo Asesor del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE); Julián Grau Santos (Artista), Leandro Navarro Ungría (Galerista); Estrella de Diego Otero (Catedrática de Historia del Arte); y María Dolores Jiménez Blanco (Profesora Titular de Historia del Arte). Como secretario no vocal actuó Daniel Restrepo Manrique, Director General Adjunto del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE.
El Premio Penagos de Dibujo se creó en 1982 en memoria del famoso dibujante Rafael de Penagos (Madrid, 1889-1954), considerado como el más importante representante del movimiento de renovación que se produjo en el campo de la ilustración gráfica española durante los años 20 y 30.
Desde su creación, el Premio Penagos de Dibujo se convoca anualmente y ha sido concedido a algunos de los más importantes artistas de nuestro panorama actual. A partir de 2008, el premio se otorga como reconocimiento a la trayectoria profesional de un artista vivo que, dentro de su carrera, haya dedicado una atención sobresaliente al dibujo.
William Kentridge (Johanesburgo, 1955) ha alternado la práctica del dibujo y del grabado con incursiones en el mundo del cine y del teatro, donde ha trabajado como actor, guionista y director. Su obra es un intento personal y expresivo de abordar la naturaleza de las emociones humanas y la memoria, así como la relación entre el deseo, la ética y la responsabilidad.
Su obra está particularmente arraigada en su lugar de origen, un país marcado por la división racial y las leyes del apartheid. Sin embargo, sus obras no «ilustran» el apartheid, sino que comunican su mensaje a través de la metáfora.
Kentridge utiliza una técnica de animación particular: crea dibujos con carboncillo y pastel que modifica borrando, añadiendo y re-trabajando los elementos. Cada estadio del proceso es filmado durante unos segundos con una cámara de 16 mm. Así, utiliza sólo una treintena de dibujos en lugar de los miles que normalmente son necesarios para realizar un film. A través de esta técnica, Kentridge visualiza el paso del tiempo y la estratificación de la memoria, ya que el proceso de producción queda visible sobre los dibujos. William Kentridge ha realizado desde 1979 numerosas exposiciones individuales y colectivas en Gran Bretaña, Noruega, Francia, Alemania, Italia, Portugal y Australia y ha estado presente en las Bienales de Sidney, Estambul, La Habana y Johannesburg.
Comunicado de Prensa