Los futuros taxistas de Madrid tendrán que haber terminado sus estudios de la ESO y estar en posesión del título de graduado en Secundaria, según establece la nueva Ordenanza Reguladora del Taxi aprobada como proyecto por el Gobierno de la ciudad. Sin embargo, la nueva normativa no deroga el artículo 25 de la ordenanza de 1980 que establece que el taxista no podrá padecer enfermedad infecto-contagiosa o impedimento físico que imposibilite o dificulte el normal ejercicio de la profesión, mediante certificado expedido por el Colegio Oficial de Médicos. Es decir, que una persona enferma de sida o hepatitis no podrá ser taxista.
La no modificación de este artículo ha provocado la protesta de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida) que ha abierto una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma change.org contra «una ordenanza supone un acto de discriminación hacia estas personas, inaceptable en una sociedad moderna y abierta como la madrileña».
Cedisa reclama que puesto que el VIH es un virus que no se contagia, ya que se transmite de forma no casual con prácticas muy concretas, sea excluido «del catálogo de enfermedades infecto-contagiosas, ya que supone en muchos casos el motivo de no aceptación de una persona con VIH en determinados espacios (piscinas, gimnasios, residencias de mayores, etc) e incluso puestos laborales».
De momento la iniciativa que reclama a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que las personas con VIH/sida también puedan ser taxistas ya ha recogido 50.000 firmas.
Fuente: Compromiso RSE
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