Desde que las inteligencias artificiales fueron propuestas en la ficción, mucho antes de que estas pudieran ser concebidas, trajeron consigo una serie de debates y discusiones referentes al destino de la humanidad. Por un lado, existieron propuestas en las que la tecnología podía ayudar y mejorar el mundo; por otro, hubo estudiosos que proponían el dominio de las máquinas y la inevitable desaparición del ser humano. Sin embargo, ahora que las inteligencias artificiales están inmersas en nuestro día a día, con empresas como Brainbox, dedicadas al desarrollo de IA’s, ¿Qué se puede decir? ¿Son las inteligencias artificiales realmente tan buenas o tan malas como en su momento se propuso? ¿Estas podrían resolver los problemas medioambientales o del cambio climático?
Si bien el término de Inteligencia Artificial puede guardar distintas definiciones, la mayoría opta por definirla como la combinación de una serie de algoritmos programados con la intención de que puedan efectuar y resolver tareas asemejando las capacidades propias del ser humano. En ese sentido, cuando se habla de Inteligencias Artificiales se piensa en una suerte de autonomía de las máquinas hechas por el hombre; y, por supuesto, su principal objetivo es facilitar la realización de tareas.
La empresa Brainbox, bajo estos términos, no sólo busca desenvolver la optimización de las Inteligencias Artificiales que programa, sino que, dadas las condiciones del medio ambiente en la actualidad, propone el desarrollo de IA’s que optimicen el uso inteligente de los sistemas de aire acondicionado en los edificios de las grandes urbes. Según el artículo de John Loric, Can AI terminate climate change… or is i tan even greater threat?, el 27% de las emisiones de carbono son emitidas por dichos sistemas de aire. Por ello, Brainbox programa su Inteligencia Artificial para realizar pronósticos de clima y poder regular la temperatura de los sistemas de aire operantes en los edificios, ahorrando de manera significativa los combustibles y, a un tiempo, emanado menor cantidad de emisiones.
Pese a lo dicho, estudiosos como Geoffrey Hinton, profesor de la Universidad de Toronto y especialista en redes neuronales artificiales, destacan las posibles contradicciones del desarrollo de las Inteligencias Artificiales, destacando la posibilidad de la pérdida de control de dichas inteligencias, sin dejar de lado el énfasis en las problemáticas del cambio climático. Hinton repone:
“No me gustaría quitarle valor al cambio climático. No me gustaría decir algo como “no deberían preocuparse del cambio climático.” Eso también es un gran riesgo. Pero creo esto también podría terminar siendo urgente”
—Geofrey Hinton, destacado profesor de la Universidad de Toronto.
Aunado a esto, existen estudiosos y teóricos que exponen las dificultades de que las Inteligencias Artificiales todavía no se masifiquen, pues esto impide el conocimiento de una cifra exacta que permita saber el impacto al medio ambiente con su implementación. Desde la perspectiva de estos especialistas, caer en un tecno-solucionismo podría ser un error que termine afectando en mayor medida a los problemas medioambientales.
Aunque en la actualidad existen distintas formas de Inteligencia Artificial, como el Chat GPT, Open AI, o, en otra medida, los propios teléfonos celulares, cada día existen más empresas y firmas que comienzan a implementar las Inteligencias Artificiales para disminuir los impactos en el planeta, como: LINK Arkitektur, que ha comenzado a usar software inteligente en el diseño de sus proyectos. Bajo este respecto, Ariel Sharir, analista del impacto ambiental, destaca:
“Toneladas de compañías de clima están trabajando en soluciones basadas en las IA’s, es difícil decir que tan funcional sea una Inteligencia Artificial sea frente a un pronóstico del tiempo realizado por humanos, pero si las capacidades la IA mejoran, se puede asumir que todos los sistemas serán manejados por IA”
Como se observa, la optimización de tareas y el cuidado del medioambiente por medio de las Inteligencias Artificiales actuales todavía genera debate y controversia. No obstante, pese a las cuestiones que todavía quedan por estudiarse y desarrollar, las Inteligencias Aartificiales son una gran herramienta para combatir el cambio climático. Por lo que las propuestas de empresas como Brainbox, para optimizar el gasto de combustibles y disminuir las emisiones de carbono, sin duda resultan favorables para el medio ambiente y para todos en general, ya que existe una reducción en la emisión de los principales contaminantes del planeta. Aunque todavía no es posible determinar el impacto ambiental y social que significaría la masificación de determinadas formas de Inteligencia Artificial, lo cierto es que la posibilidad de que estas tecnologías, y el desarrollo de las mismas, sean orientadas en favor del medio ambiente es totalmente viable y, en esa medida, optimizaría la utilización de recursos.