El verano de 2022 vio la peor sequía de Europa en 500 años. Una combinación de temperaturas récord y escasez de precipitaciones hizo que los ríos se secaran, los incendios forestales se desataran y las malas cosechas agravaran los precios de los alimentos, que ya eran altos, como señala un estudio de atribución rápida al que hace referencia Carbon Brief.
Sin embargo, los fenómenos climáticos severos no parecen ser eventos casuales, pues la investigación reveló que podrían ser 20 veces más probables las sequías extremas derivadas del cambio climático inducido por el ser humano. De hecho, estas condiciones meteorológicas ya las están experimentando regiones extensas de todo el mundo.
Sequías extremas generalizadas
El estudio realizado por World Weather Attribution (WWA), una iniciativa global de colaboración climática, encontró que se pueden esperar sequías de mayor intensidad en el hemisferio norte una vez cada 20 años con el clima actual. Situación que solo se esperaría una vez cada 400 años.
El estudio observó particularmente las sequías generalizadas durante el verano en Europa central y occidental, América del Norte, China y otras regiones, y encontró que el cambio climático está causando «riesgos compuestos y en cascada». Por ejemplo, las sequías extremas causaron malas cosechas en un momento en que «los mercados mundiales ya estaban luchando con los impactos de la guerra de Ucrania».
Desde principios de mayo hasta mediados de septiembre, olas de calor consecutivas se extendieron por toda Europa, lo que le dio al verano el título de «el más caluroso registrado» en 500 años. Por lo que dos tercios de Europa se encontraron bajo advertencias de sequía.
Esta sequía tuvo graves impactos en la agricultura. Por ejemplo, la cuenca del río Po en el norte de Italia experimentó su peor «crisis de agua» en aproximadamente 70 años, desapareciendo por completo en algunas áreas y provocando una caída del 30% en la cosecha de arroz. Y, a medida que se desarrollaban historias similares en toda Europa, crecían los temores de una crisis mundial de seguridad alimentaria.
«Los mercados mundiales ya estaban luchando con los impactos de la guerra de Ucrania, tanto en los precios de los alimentos como a través de los fertilizantes«.
Maarten van Aalst, profesor del organismo de asistencia humanitaria Movimiento de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja (CICR)
¿Son más probables las sequías extremas y crisis globales?
Maarten van Aalst también agregó durante una conferencia de prensa que la sequía también exacerbó la crisis energética, al reducir el suministro de energía hidroeléctrica, limitar la eficacia del enfriamiento del agua para las plantas nucleares y dificultar el uso de los ríos para transportar carbón.
Por otro lado, un artículo publicado por The Guardian afirma que el oeste de Estados Unidos experimentó sus condiciones de sequía más extremas en 1,200 años —en lo que que calificó como una megasequía— y señaló que el lago Mead y el lago Powell «están en niveles bajos récord y se están marchitando constantemente».
«los incendios forestales ahora se desencadenan durante todo el año a medida que los bosques y pastizales secos están más preparados que nunca para arder».
The Guardian.
Asimismo, China también ha visto los impactos climáticos, ya que recientemente sufrió la ola de calor más severa en seis décadas. Secciones del Yangtze, el río más largo de China, alcanzaron su nivel más bajo desde 1865 en medio de temperaturas extremas y una “grave falta de lluvia”. Lo anterior detuvo el transporte marítimo y obligó a varias empresas a suspender sus operaciones, demostrando incluso que ni siquiera esta potencia mundial está preparada para enfrentar la crisis ambiental.
Sequía agrícola
Siguiendo con el estudio, hay muchas formas de definir la sequía. Por ejemplo, la sequía hidrológica se enfoca en la cantidad de lluvia que recibe una región, mientras que las sequías pluviales se enfocan en los flujos de agua superficial y subterránea. El análisis se centra en la «sequía agrícola y ecológica», que mide el contenido de humedad del suelo en la «superficie» y la «zona de raíces».
El Dr. Dominik Schumacher, investigador postdoctoral en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich y coautor del estudio. dijo en una conferencia de prensa que medir la sequía agrícola y ecológica en la zona de la raíz es «particularmente importante», porque la mayoría de las plantas absorben agua a esta profundidad.
Las y los autores investigan el papel del cambio climático en la humedad del suelo entre junio y agosto de 2022 en el hemisferio norte, excluyendo las regiones tropicales. También se centran en una región más pequeña del centro-oeste de Europa durante el mismo período.
Los mapas a continuación muestran la humedad del suelo en la zona de raíces (imagen superior) y la superficie (imagen inferior) durante los meses de junio, julio y agosto de 2022. El sombreado rojo indica condiciones más secas que el promedio, mientras que el azul indica un ambiente más húmedo. La figura roja indica la región de estudio de Europa central y occidental.
La ciencia de la atribución climática
Hoy en día, dado que los fenómenos meteorológicos extremos ocurren con mayor frecuencia, la gente pregunta de forma rutinaria si son causados por el cambio climático. Hace diez años, los científicos habrían tenido dificultades para responder a esta pregunta. Hoy en día, un nuevo tipo de investigación llamada ciencia de atribución puede determinar, no si el cambio climático causó un evento, sino si el cambio climático hizo que algunos eventos extremos fueran más severos y más probables de ocurrir y, de ser así, en qué medida.
La ciencia de atribución aplicada a este estudio reveló que en el clima actual, que ya se ha calentado 1.2 °C por encima de los niveles preindustriales, debido al cambio climático causado por la humanidad, son más probables las sequías extremas como las de este verano.
El estudio también agrega que las altas temperaturas observadas en el hemisferio norte habrían sido «prácticamente imposibles» sin el calentamiento global acelerado que enfrenta el planeta. Y concluye que el impacto del cambio climático en las temperaturas fue el principal impulsor de la sequía, siendo menos importantes los cambios en las precipitaciones.
A medida que las altas temperaturas continúen, serán más constantes y más probables las sequías extremas. Si la Tierra alcanza un calentamiento global de 2 °C por encima de las temperaturas preindustriales, las y los autores del estudio estiman que las sequías serán entre 15 y 30 veces más frecuentes en el hemisferio norte, y el doble en el centro y el oeste de Europa.