Nuestro planeta se encuentra invadido por gran cantidad de plásticos, esta realidad afecta sin excepción a todos los ecosistemas.
La contaminación ha llegado a tal grado que ya existen partículas altamente contaminantes hasta en regiones alejadas de la acción del hombre, de acuerdo con un estudio reciente.
Los plásticos residuales se encuentran en pequeños trozos llamados microplásticos, este material dañino se halla en las profundidades del océano y ahora hasta en zonas cubiertas con hielo.
Se trata de microplásticos producto de la ruptura o degradación de fragmentos mayores, éstos son transportados por la atmósfera y pueden recorrer más de 3500 kilómetros hasta depositarse por medio de precipitaciones de nieve en lugares como los Alpes y el Ártico.
Un equipo de científicos de Alemania y Suiza, se dieron a la tarea de recolectar muestras de nieve en diferentes lugares en el mundo para analizarlas. Los resultados determinaron la detección de fragmentos con tamaños de sólo 11 micras, mucho más pequeños que los estudiados hasta ahora (generalmente de entre 200 y 300 micras).
El estudio realizado fue publicado en la revista Science Advances, y lo lideró Melanie Bergmann y Gunnar Gerdts, del Centro de Investigación Marina y Polar (AWI) en el Instituto Alfred Wegener, en Alemania.
Entre 2015 y 2017, se tomaron muestras de la nieve caída en Alemania (Helgoland, Bavaria y Bremen), de los Alpes suizos y del Ártico (en el estrecho de Fram, entre la costa de Groenlandia y en el archipiélago noruego de Svalbard), los resultados concluyeron que en una carretera rural de Bavaria la concentración fue de 154 mil partículas por litro, mientras que las del Ártico contenían hasta 14 mil 400 partículas por litro.
Gunnar Gerdts cree que esto se debe a dos factores:
- La nieve retiene muy bien las partículas de plástico presentes en la atmósfera.
- La tecnología usada para analizar las muestras ayudó a detectarla, ya que la espectroscopía infrarroja es capaz de detectar las partículas más pequeñas.
Plástico en la nieve
En el Ártico, según los estudios, se hallaron caucho nitrilo (NBR), acrilatos y pintura plástica, la mayoría de estos materiales son usados en una gran cantidad de industrias.
Por ejemplo, el caucho nitrilo, es resistente a la corrosión de combustibles y capaz de soportar temperaturas extremas, suele utilizarse en la fabricación de componentes como juntas o mangueras.
Las pinturas plásticas, por su parte, se emplean para recubrir edificios, barcos, coches o plataformas petroleras. Las muestras de la carretera de Bavaria contenían varios tipos de caucho, utilizados para fabricar neumáticos, entre otros usos.
El grupo de investigadores cree que la mayor parte de los microplásticos que hay en Europa y sobre todo en el Ártico, provienen de la atmósfera y la nieve.
Los microplásticos que se encuentran en el aire pueden ser inhalados por los seres humanos, pero todavía no se sabe con exactitud qué efectos pueden traer.
Debido a esto, los estudios realizados hasta ahora se han centrado en estudiar las posibles afectaciones a la salud al momento de ingerirlas, ya que también han sido detectadas en el agua del grifo y en animales.
«La investigación de los microplásticos es una disciplina joven, y la de los microplásticos en la atmósfera, más joven aún. Cada vez se buscan más en suelo y aire. Como resultado del hallazgo de altas concentraciones en la atmósfera y su posible vinculación con la salud humana cuando se inhalan, estoy convencido de que veremos más estudios en el futuro», explica Gerdts a El Mundo.
El equipo se encargará de monitorear el aire y concienciar a los habitantes del país sobre los efectos de los plásticos en el medio ambiente, y cómo éstos afectan a nuestro planeta.
Se concluye: «Resulta obvio que hay fallos en todos los sistemas de reciclaje, ya sea por un uso incorrecto o porque no funcionan bien. Por lo tanto, reducir los plásticos de un solo uso debería ser un objetivo razonable a corto plazo», asegura. En su opinión, «el problema no es el plástico sino nuestra sociedad consumista, habituada a usar y tirar».