En Glaciar Fox están perdiendo su atractivo, gracias al cambio climático. Al deshielarse, los ríos cambiaron su curso y cerraron senderos que eran utilizados por los excursionistas, por lo que ahora la manera de llegar a los glaciares es por tierra, pero no todos están dispuestos a pagar por ello.
Este pueblito de unos 300 habitantes vive de su homónimo: un gigantesco trozo de hielo y nieve a poca distancia en vehículo de la calle principal. Las excursiones guiadas al glaciar comenzaron aquí en 1928 y es una razón principal de la popularidad de la zona como destino del turismo internacional.
Sin embargo, una agencia de viajes local, Fox Glacier Guiding, no ha podido llevar a turistas al hielo, a pie, desde abril, cuando el retiro del hielo causó que un río cambiara su curso, bloqueando el acceso a un popular sendero. Y en otro glacial, a unos 23 kilómetros por el mismo camino, la agencia Franz Josef Glacier Guides perdió el acceso a los senderos para excursionismo, también por el retiro del hielo.
Ahora, solo se puede poner un pie en los glaciales si se llega por helicóptero, porque están en la confluencia de los alpes neozelandeses y el mar de Tasmania, en la costa occidental de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Como resultado, ambas agencias han hecho de los recorridos en helicóptero su principal producto, lo cual ha beneficiado a los operadores locales de los aparatos.
El cambio climático está teniendo efectos económicos desiguales en las agencias de viajes cuyo negocio depende del hielo y la nieve, de todo el mundo. Por ejemplo, ha afectado las zonas para esquiar mientras que beneficia potencialmente a competidores cuyas ubicaciones más elevadas los hacen menos vulnerables al deshielo, notó Daniel Scott, un geógrafo en la Universidad de Waterloo, en Canadá, quien estudia las relaciones entre el cambio climático y el turismo.
Deshielo también es atractivo turístico
En Perú, si desaparece el Glaciar Pastoruri, el cual se reduce rápidamente, los turistas podrían irse con su consumo – típicamente de unos 15 dólares por persona, por una caminata en el glaciar – a lugares donde el hielo todavía es accesible, dijo Carlos Ames de Aventura Quechua, una agencia de guías en la ciudad montañosa de Huaraz.
Sin embargo, en el corto plazo, agregó, el retroceso del Pastoruri ha generado empleos nuevos para los guías a caballo y a mula, porque algunos turistas piensan que no pueden completar la excursión al glaciar, más extensa y a alturas más elevadas, sin asistencia.
Y en Groenlandia, el turismo orientado a los glaciares está creciendo porque los visitantes están ansiosos de ver los efectos del cambio climático, dijo Malik Milfedt, un consultor sénior en turismo en Visite Groenlandia, una empresa publicitaria financiada por el gobierno. Los ingresos de las actividades amigables con el turismo, como los trineos tirados por perros, el tallado de esculturas en hielo y esquí nórdico han disminuido porque el tiempo invernal es cada vez más impredecible. “Lo que a unos beneficia, a otros perjudica”, notó Milfeldt.
En Nueva Zelanda, cuya mayoría de los 4.4 millones de habitantes viven en dos islas principales, el turismo representó directamente 3.7 por ciento del producto interno bruto en el año que concluyó el 31 de marzo del 2013, o 5 mil 700 millones de dólares al tipo de cambio actual, según datos gubernamentales.
En un estudio del 2007, elaborado para Development West Coast, una organización no lucrativa en la ciudad costera de Greymouth, se estimó que el turismo relacionado con los glaciares en la costa panorámica occidental de la Isla Sur contribuyó directamente a las economías locales con, por lo menos, 77 millones de dólares anuales.
Cambio climático, la causa
Dos de los glaciares, el Fox y el Franz Josef, han avanzado varias veces desde que los midieron por primera vez hace más de un siglo, según muestran las cifras científicas. Sin embargo, ambos han retrocedido más en los últimos cinco años de lo que avanzaron en los 25 años anteriores, y los científicos pronostican que continuará el retroceso en el largo plazo.
“No hay duda de que el cambio climático ha causado el retroceso”, dijo Brian Anderson, un glaciólogo en la Universidad Victoria, en la capital de Wellington, quien estudia a ambos glaciales. Desde abril, quedó interrumpido el sendero hacia la cara terminal de hielo del Glaciar Fox porque lo bloquea un riachuelo, algunas piedras y rocas que dejó tras de sí el hielo al retirarse.
En una encuesta académica sobre el turismo en la región glaciar de Nueva Zelanda que se levantó en el 2014, dos tercios de los encuestados dijeron que sí viajarían a la zona del Fox y del Franz Josef aun si solo fueran accesibles por aire. No obstante, cerca de un quinto dijeron que no estarían dispuestos a pagar el vuelo en helicóptero para caminar en ellos.
Desde la perspectiva de negocios, eso no molesta a Bede Ward, el gerente general de Glacier Explorers, que ofrece recorridos en barco por el lago cercano al glaciar tasmano, en la Isla Sur. Comentó que la cantidad de sus clientes anuales aumentó en los últimos seis años, de 7 mil a 25 mil, principalmente porque los turistas quieren ver cuando los icebergs se separan del glaciar y caen al lago.
“Supongo que se podría decir que el calentamiento mundial tiene un efecto positivo para Glacier Explorers”, escribió Ward en un correo electrónico. Sin embargo, en Franz Josef Glacier Guides, la cantidad de empleados ha bajado de 60 a 35 desde el 2012, el año en el que quedó bloqueado el acceso a pie, según Craig Buckland, el gerente de operaciones.
Rob Jewell, el director ejecutivo de Fox Glacier Guiding, dijo que la pérdida del acceso para el excursionismo desde abril ha tenido un costo “significativo” para el negocio. Ambas agencias han abrazado el turismo en helicóptero con la esperanza de compensar los ingresos que tenían con las excursiones guiadas.
El ruido de los helicópteros que van al glaciar podría molestar a algunos turistas, comentó Wayne Costello, un funcionario del Departamento de Conservación en el pueblo de Franz Josef. Sin embargo, dijo que los guías de las excursiones también podrían utilizar el retroceso como piedra de toque para enseñar a los turistas sobre el cambio climático.
“Es una oportunidad realmente importante para que nosotros nos conectemos con las personas y les digamos: ‘De hecho, si valoran su ambiente, esto es lo que está pasando en el mundo y estos son los impactos de los humanos al vivir en el planeta’”, dijo Costello en su casa.
Una mañana reciente, turistas de varios países se reunieron en un helipuerto en el Glaciar Fox antes de un recorrido de medio día por el glaciar. Smitha Murthy y Keerthy Prasad, ingenieros en programas informáticos de Bangalore, India, estaban explorando el Glaciar Fox como parte de su luna de miel de 11 días por Nueva Zelanda.
Después de un recorrido corto en un helicóptero rojo brillante, caminaban, con los ojos bien abiertos, por un cañón de paredes de hielo de casi ocho metros, los recién casados recordaron después de su excursión. Prasad, de 29 años, dijo que planeó el recorrido con ayuda de una agencia de viajes en Bangalore.
Les costó más de 300 dólares por persona, más del doble de lo que la pareja pagó por saltar en cuerda elástica en otra parte de Nueva Zelanda. Sin embargo, Prasad y Murthy, de 24 años, no lamentaban el precio. “Es una experiencia de una vez en la vida”, dijo Prasad. “Probablemente, no valga la pena gastar ese dinero para volver a hacerlo. Pero la primera vez, realmente sí lo vale”.
Fuente: El Financiero