¿Creías que el cambio climático sólo nos iba a afectar con drásticas temperaturas y desastres naturales?
Pues no. El cambio climático es mucho más que efectos en la Tierra que después impactan en la humanidad. El cambio climático va más allá; pues también nos afecta de forma muy particular y muy íntima sin ser una consecuencia directa de lo que le suceda a la Tierra.
Para Latinoamérica el cambio climático es una cuestión de real importancia porque va más allá del medio ambiente y de la economía; en particular, para México y su capital el aumento en las temperaturas puede impactar en la estatura de cada uno de sus individuos, de acuerdo con un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según dicho reporte, en la Ciudad de México la cantidad de días con temperaturas por encima de los 30ºC entre 1991 y 2000 casi se duplicó frente a la década de 1970 y se triplicó con relación a la década de 1950. Los modelos actuales proyectan una frecuencia aún mayor de ese tipo de días antes de que termine este siglo.
El estudio que se basa en el análisis de la población mexicana y que fue realizado por el economista de la Universidad de Connecticut, Jorge M. Agüero, como parte del proyecto Los impactos del cambio climático sobre la salud en América Latina y el Caribe, utilizó datos nacionales de temperatura recolectados a nivel municipal entre 1960 y 1990, y una muestra de datos de encuestas en hogares entre 65,000 individuos nacidos entre 1960 y 1990 —cuando las olas de calor se volvían más frecuentes— y estos son algunos resultados:
La exposición a altas temperaturas durante periodos críticos del comienzo de la vida lleva a reducciones en la altura de los adultos.
La altura de los adultos disminuye por la exposición a altas temperaturas durante la infancia (1 a 4 años) y la adolescencia (10 a 15 años) y no se observa una diferencia significativa entre hombres y mujeres.
Los efectos de la exposición al calor son especialmente negativos en las personas que crecieron en localidades más pobres, lo cual impacta en la transmisión intergeneracional de la pobreza y se amplía la diferencia en la salud según el estatus socioeconómico.
A pesar de los hallazgos, aún no se sabe de qué forma la exposición al calor extremo se traduce en una menor altura en los adultos, pues puede ser por diversos factores como que el calor provoque falta de apetito o afecte la digestión, quizá que las olas de calor incrementen la contaminación y agraven sus efectos en la salud, o puede ser que la productividad agrícola se reduzca tanto de forma que se disponga de menos alimentos.
Mientras tanto, el BID arrojó estos resultados inquietantes que nos animan a cuidar aún más nuestro planeta; no sólo por la Tierra misma, sino también por nuestra generación y las venideras.
Fuente: Dinero en Imagen