Hoy se celebra el día mundial de la lucha contra este mal, que cobra la vida de millones de mujeres en el mundo.
Implacable y solapado acecha y se desarrolla -sin presentar sintomatología hasta que ya puede ser tarde- en sitios recónditos del cuerpo humano antes de asestar su golpe fatal, cuando menos se espera.
Entre las cien gamas distintas de cáncer, el de mama es el principal problema de salud en el mundo. De acuerdo con los datos del National Cancer Institute (NCI) y de Surveillance, Epidemiology and End results (SEER), una mujer que nazca en estos tiempos tendrá una probabilidad en diez de desarrollar cáncer de seno durante su vida y una de cada 30 mujeres morirá por esta causa.
Como si fuera poco, las tasas de incidencia de cáncer de seno se han venido incrementando hasta en 5% por año, lo que significa que para el 2010 habrá alrededor de un millón y medio de nuevos casos en el mundo.
Estudios recientes demuestran que el 10% de este tipo de cáncer se debe a predisposición genética, lo cual no significa que en todos los casos de historia familiar de cáncer de seno se desarrolle necesariamente la enfermedad, pero sí constituye -sea de mama o de ovario- un riesgo significativo.
La importancia de saber si una persona desarrolló alguno de estos tipos de cáncer debido a una predisposición genética heredada, está en que en ella se podrán tomar directamente medidas preventivas para evitar su desarrollo en senos, si se presentó primero en ovarios y viceversa.
Adicionalmente, su entorno familiar se beneficiará con este resultado, ya que las mutaciones en estos genes tienen 50% de posibilidades de transmitirse a la siguiente generación.
En cáncer es claro que la prevención es la mejor estrategia para combatirlo y que en su defecto, la detección en estadios tempranos permitirá mejores resultados con los tratamientos.
La identificación de las mutaciones que predisponen para cáncer de seno y ovario son la herramienta genética que permite prevenir y detectar a tiempo este tipo de patologías para reducir las tasas resultantes de incidencia y mortalidad.
Fuente: El Universal