La Fundación X Prize una institución sin ánimo de lucro cuyo objetivo es el de incentivar los desarrollos tecnológicos mediante competiciones de premios millonarios ofrece diez millones de dólares al ganador de un concurso internacional que pretende encontrar vehículos movidos por una cantidad mínima de combustible, ya sea petróleo, gas, electricidad o luz solar.
Los fabricantes de automóviles no lanzan al mercado suficientes coches realmente eficientes desde el punto de vista energético, así que la Fundación X Prize una institución sin ánimo de lucro cuyo objetivo es el de incentivar los desarrollos tecnológicos mediante competiciones de premios millonarios ha decidido darles un empujón: ofrece diez millones de dólares al ganador de un concurso internacional que pretende encontrar vehículos movidos por una cantidad mínima de combustible, ya sea petróleo, gas, electricidad o luz solar.
El ganador de la competición deberá demostrar que es capaz de crear un automóvil asequible, atractivo para los consumidores y capaz de vender, al menos, 10.000 unidades al año. En realidad, se trata de una especie de carrera al estilo de los míticos Autos locos, con la diferencia de que los coches deberán ser capaces de recorrer 100 millas (160 kilómetros) con un galón de combustible (menos de cuatro litros) y contaminar poco (menos de 200 gramos de gases invernadero por milla). Además, deben pasar el corte de la carrera clasificatoria durante 2009, y vencer en 2010 la carrera final de diez etapas en una mezcla de velocidad en circuito y conducción por ciudad y por terrenos áridos, bajo todas las condiciones climáticas imaginables. Todo un reto.
En palabras de los portavoces del X Prize, «esta competición pretende descubrir las mejores e innovadoras ideas que resuelvan problemas como la adicción al petróleo o el cambio climático y ofrezcan a los consumidores vehículos mejorados».
Parte del premio tiene financiación pública de EEUU (como el Departamento gubernamental de Energía y Transportes, la Administración de Autopistas y la Oficina de Protección Medioambiental y Calidad del Aire) y de ONG como el Consejo para la Defensa de los Recursos Nacionales, la Unión de Científicos Preocupados y la Federación de Consumidores de América, entre otros muchos.
Carta de Intenciones
Se han presentado 60 equipos procedentes de nueve países diferentes aunque por el momento sólo han sido elegidos 22, la mayor parte de ellos estadounidenses. Todos ellos han firmado una Carta de Intenciones en la que se comprometen a competir por una parte del premio, porque la otra irá destinada a promoción y publicidad a nivel global.
De ellos se ha valorado la seguridad, el coste, las características técnicas y el plan de negocio del proyecto. Los 22 equipos, y los que puedan añadirse, porque aún no ha finalizado el plazo de inscripción, se enfrentarán en una carrera campo a través durante 2009 y 2010.
Muchos expertos se preguntan dónde están los grandes fabricantes de automóviles, que están ausentes de la competición. Parece que no les ha interesado demasiado la propuesta, por lo que los organizadores han tenido que inventarse una nueva categoría, la demonstration division, en la que tienen cabida las grandes compañías para demostrar sus tecnologías de eficiencia y bajo consumo.
Pero, ¿realmente hace falta una carrera de este tipo para conseguir avances tecnológicos importantes? En opinión de General Motors, uno de los mayores fabricantes mundiales de automóviles, no. Su vicepresidente, Bob Lutz, es tajante: «Nos parece muy bien este tipo de iniciativas pero no podemos mirar a un lado diferente al de nuestro negocio. Además, no nos interesa la tecnología que se presenta como una feria científica».
Los portavoces de X Prize comentan que, sin duda, «los grandes fabricantes están más ocupados en su esfuerzo para reducir consumo y emisiones, pero es sabido que los concursos han sido siempre un acicate para la innovación y una ayuda para que la industria avanzara con rapidez. X Prize pretende hacer crecer el mercado de los coches eficientes y limpios».
Escasos resultados
Desde el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil de la Universidad Complutense de Madrid (INSIA) ven bien el premio. «Este tipo de iniciativas siempre vienen bien aunque los resultados tardan en verse», comenta Javier Sánchez, miembro del Instituto. Por su parte, José María López, subdirector del mismo centro, opina que las bases del proyecto «son bastante serias; se exige un análisis del ciclo de vida del vehículo y la cantidad de emisiones durante la fabricación del vehículo, que no se piden nunca, y requieren de conocimientos de ingeniería muy grandes. Si han organizado esta competición», añade el experto, «quizá sea porque las marcas no encuentren ideas felices, y una iniciativa así puede servir para encontrar una solución, porque hay mucha gente entusiasta y muchas ideas».
Existen otras carreras que persiguen objetivos similares, como el Shell Eco Marathon, una competición que comenzó en Estados Unidos en 1939 y cuya 25 edición en Europa se celebrará del 7 al 9 de mayo en la EuroSpeedtrack de la localidad germana de Lausitz. Se trata de que estudiantes de todo el mundo diseñen, construyan y prueben vehículos que recorran grandes distancias con una cantidad mínima de combustible o impulsados por energías alternativas.
También Barcelona sirvió, a principios del pasado septiembre, como etapa de salida a EcoTour 2008, una carrera ecológica organizada por el RACC, la FIA y los principales clubes de automovilistas europeos en la que 42 modelos de 20 marcas recorrieron Europa durante una semana. El único objetivo de esta carrera fue el de promover la compra de vehículos ecológicos y estimular a la industria a crear más coches de este tipo.
El hecho es, en todo caso, que parece que estas iniciativas van por delante de los deseos de los gobiernos. En España, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha apostado porque en 2014 estén circulando un millón de coches eléctricos por el país, y se ha mostrado convencido de que Seat tiene un papel que jugar en este sentido.
De hecho, la marca española ya ha presentado el León TwinDrive Ecomotive, el primer coche eléctrico de la marca. Sebastián, quien asistió a la presentación del modelo el lunes, dijo que la apuesta por el coche eléctrico es un reto sin marcha atrás, puesto que se trata de «un ejemplo del futuro que queremos construir: un futuro competitivo, sostenible y respetuoso con el medio ambiente». Aún queda, en todo caso, un largo camino para llegar a ese futuro. Según un reciente estudio del RACC, sólo uno de cuatro vehículos matriculados en España alcanzan los máximos niveles de protección del entorno.
Fuente: Ecoticias