El marketing con causa es mutuamente beneficioso para las empresas y para las causas. Sin embargo, muy seguido las empresas, para intentar parecer altruistas, usan la palabra con «c» para describir estos esfuerzos. La palabra que evoca generosidad pero también lástima. La palabra que se refiere a una relación unilateral, casi siempre dependiente: caridad.
Muchos expertos con experiencia en el campo de tener buenos resultados al hacer el bien mencionan esta actitud como algo que les molesta personalmente y un defecto fatal del marketing con causa.
Brooke Golden, de Clif Bar (empresa de productos energéticos orgánicos) , explica: «la idea de que la sociedad solo es por caridad hace menos a la ONG participante. Las ONGs tienen seguidores apasionados, relaciones clave y redes a las que la marca o empresa tal vez no tendría acceso. Tienen fortalezas en sus seguidores y relaciones que pueden trabajar para las marcas dentro de una sociedad»
Por eso, la sugerencia de Golden es: «piensa en el marketing con causa como pensarías en cualquier otra colaboración con una empres. Encuentra una causa cuyos defensores compartan el perfil de tus clientes y entiende que sus redes y fortalezas, identificando dónde pueden unirse alrededor de una voz compartida y un mensaje que amplifique los esfuerzos de ambas»
El propósito de una relación mutuamente beneficiosa es que ambos socios ganen. Los dos participantes dan algo y reciben otra cosa a cambio. Las empresas ya están empezando a comprender esto, viendo el marketing con causa como una práctica de negocios esencial y no como «una obra buena». Ahora, tienen que abrazar y aceptar esta visión.
La mayoría de los buenos mercadólogos pueden hablar sin parar sobre la importancia de ser honestos respecto a las cantidades que se donan, máximos y mínimos, restricciones y otros detalles de la campaña.
Esto es verdad. Pero los consumidores son muy inteligentes y en una sociedad de marketing con causa la transparencia también significa ser honestos sobre el componente mutuamente beneficioso de la relación. Si la meta es tener más tráfico en una tienda, vender un producto en especial o generar tráfico en redes sociales, se debe aceptar. Obviamente una de las metas es ayudar a promover a la ONG socia, pero no se debe tener miedo de compartir que el negocio también recibirá beneficios.
Usar «la palabra con C» cuando se cuestionan los motivos de una sociedad con una ONG manda un mensaje de alerta a los consumidores y muy frecuentemente no pasa la prueba, además de minimizar el trabajo y el valor de la ONG y finalmente dañar las buenas intenciones de la empresa.
Fuente:
Forbes
Traducción y adaptación:
María José Evia Herrero
