Olas de calor, inundaciones, sequías y huracanes, cada vez de mayor intensidad y frecuencia, son algunas de las múltiples consecuencias del calentamiento global ocasionado por la actividad humana. El cambio climático es uno de los desafíos más grandes a los que nos enfrentamos y la economía es uno de los tantos sectores que debe de involucrarse en el tema.
La inversión en bonos verdes es una de las formas en que precisamente el sector financiero se involucra en aspectos medioambientales, sin embargo, a pesar de ser una tendencia, existen ciertas limitantes. Para saber cuál es el desafío de los bonos verdes es necesario entender primero a qué se refiere este concepto.
¿Qué son los bonos verdes?
Un bono verde es un instrumento mediante el cual se obtienen recursos económicos para financiar parcial o totalmente proyectos de energía renovable, agua, construcción sustentable, eficiencia energética, transporte limpio, manejo de residuos o agricultura sustentable, por mencionar algunos; que contribuyen a un mejor uso de los recursos y a la reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero.
Un bono verde es un instrumento mediante el cual se obtienen recursos económicos para financiar parcial o totalmente proyectos medioambientales.
Hay entidades gubernamentales o privadas específicas que están certificados para emitir este tipo de bonos.
De acuerdo con la Bolsa Mexicana de Valores, para que un instrumento pueda ser considerado como Bono Verde, debe contar con una certificación que acredite que el uso de los recursos estará ligado a temas de eficiencia o protección de los recursos, como los mencionados anteriormente; esto debido a la importancia de la transparencia para los inversionistas, pero entonces, ¿cuál es el desafío de los bonos verdes?
El desafío de los bonos verdes
La institución financiera HSBC asegura que en 2017 se emitieron 155,000 millones de dólares en bonos verdes a nivel mundial.
El desafío de los bonos verdes según explica Daniel Klier, director global de estrategia y finanzas sustentables de HSBC, consiste en que, aunque el 90 por ciento de los inversionistas institucionales en el mundo desea participar en el mercado de los bonos verdes, el 80 por ciento de ellos percibe que no existe ni la transparencia, ni los proyectos adecuados para invertir.
“Estamos abriendo el mercado y lo estamos haciendo con los bonos verdes. Necesitamos más productos como este. Son instrumentos difíciles de entender porque son a largo plazo y los inversionistas no entienden dónde estarán en 10 años sus inversiones en esos papeles”. Mencionó Klier.
De acuerdo con encuestas realizadas en HSBC, los inversionistas coinciden en que buscan incrementar las inversiones verdes en sus portafolios. Klier asegura que en la mayoría de los casos “hay dinero, están listos, sobre todo fondos de pensiones y asset managers, lo que no hay son proyectos”.
Panorama actual
El auge de los bonos verdes es tan grande que permite que se abran nuevas discusiones y mercados; se trata de un tema trascendente no solo en México, sino a nivel mundial. Los esfuerzos por reducir las consecuencias o el impacto del cambio climático pasaron de ser un tema reputacional a ser visto como algo que verdaderamente influye en el desarrollo de los países y comunidades.
De acuerdo con The Climate Bond Initiative, se espera que para este 2018 se emitan bonos verdes por 250,000 millones de dólares. A la fecha se lleva una colocación de 79,500 millones.
El director global de estrategia y finanzas sustentables de HSBC aseguró que actualmente el mercado de bonos verdes representa solo el 2 por ciento del total del mercado y el crecimiento anual del mismo es de entre 20 y 25 por ciento.
“Si verdaderamente queremos convertir el mercado accionario en un mercado verde, no se puede hacer solo con bonos verdes, va más allá. Pero es un comienzo la utilización de esos instrumentos”, afirmó.
La oportunidad
También compartió que existe una gran oportunidad en las economías emergentes para colocar los bonos verdes en los mercados, aunque de la misma manera reconoció que las economías en desarrollo tienen riesgos políticos y cambiarios, pero es ahí donde se requieren los recursos de este tipo.
“Son lugares con poblaciones en crecimiento, donde las economías crecen, las ciudades se desarrollan. Por ejemplo, 15 por ciento de las inversiones estará en el sureste de Asia. Necesita infraestructura, autos, la gente necesita energía. Ahí hay 3,000 millones de personas que requieren servicios”, explicó.
“Un ejemplo es el mercado de bonos verdes es China, que emite 40% del total de emisiones en el mundo. El gobierno y los reguladores chinos están muy comprometidos con el mercado verde”, añadió Klier.
De acuerdo con el director, México es aún un mercado joven, explicó que la Asociación de Bancos de México aproxima que se requieren 135,000 millones de dólares en inversiones dirigidas a energías limpias.
“El gobierno de la Ciudad de México emitió un bono verde el año pasado por 500 millones de dólares. Fue pequeño, pero es un ejemplo para los inversionistas de que cualquiera puede ir al mercado con un bono verde sin importar el tamaño. En los últimos años, se emitieron en México 10 bonos verdes y HSBC estructuró siete de ellos”, expuso.
Panorama futuro
Klier pronostica que en las próximas décadas el programa más grande de infraestructura en el mundo será de energías limpias. China, Alemania y Reino Unido están impulsando el tema con mucha fuerza, influyendo en los inversores y consumidores.
Finalmente recordemos que los consumidores son la fuerza clave y dirección para el cambio en la mentalidad de las compañías, de las inversiones y por ende, del mundo de las finanzas.