El neologismo no existe pero puede usarse: esta ciudad de México no tendrá viabilidad medioambiental, económica, ni como asentamiento humano ordenado y productivo, si las políticas públicas siguen sin atender las prioridades del desarrollo urbano; si en ello, no adoptan una visión planificad de largo plazo y sí, en consecuencia, los habitantes de este valle continuamos haciendo con él lo que nos dé la gana, al más puro estilo chilango.
El grave problema del agua es paradigmático, como lo muestran las inundaciones de amplias zonas bajas del valle, aunque se pretenda justificar la falta de prevención del desastre con que “no se nos avisó de la magnitud de la lluvia”, cuando ya cualquier mortal tiene acceso por internet a los datos técnicos meteorológicos necesarios para hacer estimaciones puntuales, no digamos todo un Sistema de Aguas de la Ciudad de México y en una metrópoli que ya hasta tiene un Observatorio del Cambio Climático.
La verdad es que en materia de agua, todo nos está fallando en esta urbe; no aprovechamos el agua de lluvia, extraemos de los mantos freáticos el 66 por ciento del agua que consumimos y permitimos que cada vez más la mancha urbana o la tala inmoderada invadan los suelos de conservación, agrícolas, serranos, que son los únicos que permiten el relleno del acuífero subterráneo. Resultado: la capa freática se hace más difícil de alcanzar, hay que gastar más energía eléctrica en subir el agua para su uso, se contamina más ésta…y se hunde el suelo en todo el valle…hasta niveles de 15 metros en la zona de Chalco. Además, no ahorramos agua ni tratamos para su reúso la que utilizamos.
Así, desalojar de la cuenca el agua no tratada y la inmensa cantidad de lluvia que cae sin que se produzcan inundaciones de los espacios urbanizados es la otra gran dificultad, que produjo el desastre de estos días, y la perspectiva es tan grave que especialistas ya recomiendan la reubicación de los asentamientos urbanos de las zonas baja de Tláhuac y Valle de Chalco.
¿Qué tienen que ver las autoridades en el problema? Todo, porque desde hace lustros era evidente este conjunto de circunstancias de riesgo, y deberían haber actuado en consecuencia, haber elaborado un plan maestro del manejo del recurso de agua en este valle y ejecutado todas las obras necesarias para evitar los daños, a la vez que deberían haber impedido la expansión desordenada de asentamientos urbanos en mucho suelos de conservación o riesgosos.
Sí, se realizan proyectos hidráulicos varios en la ciudad, algunos gigantescos, como el Túnel Emisor Oriente, cuyos trabajos apenas se iniciaron el año pasado (y están parados porque una inundación mató el “cerebro” a la tuneladora), pero sigue faltando la visión de conjunto, las políticas y las obras, y los lineamientos sociales para enfrentar el problema en su integridad y a largo plazo.
Bueno, las incongruencias se hacen evidentes cuando el jefe de gobierno Marcelo Ebrard, menciona que “al menos 800 millones de pesos necesita la ciudad de México para construir obras hidráulicas que permitan aumentar la capacidad del drenaje y evitar inundaciones como las registradas”, pero está dispuesto a gastarse 17 mil millones de pesos, con pagos mensuales de 60 millones durante 25 años, en un tranvía innecesario.
Item, buena parte de la inversión de ¡30 mil millones de pesos! Este año en infraestructura, fuera de presupuesto, bajo el esquema de Pago Por Servicios, concesiones, pues, irá a segundos pisos y similares, como informó Fernando Aboitiz, secretario de Obras y Servicios. Ya en agosto del año pasado, al inaugurar el foro “Innovación y modernización gubernamental”, Ebrard había propuesto un “nuevo modelo de gestión del agua”, “que estaría listo el próximo año”…un simple esquema privatizador del servicio, que obviamente no funcionó.
Eso respecto al agua, pero la situación de fallas graves de sustentabilidad se reproduce en otros aspectos de la vida urbana: tránsito y transporte, manejo de desechos, usos de suelo, espacio público, la propia viabilidad económica a largo plazo.
Así, en cuestión de tránsito y transporte, aunque existen proyectos que van en el sentido correcto como las diversas líneas del Metrobús o del Metro (no la ampliación de la Línea 12 hasta los suelos de conservación de Tláhuac), de manera general persiste el desarrollo incoherente del sector: incapacidad de racionalizar y poner orden a los miles de microbuses en circulación, viejos, contaminantes, inseguros; apuesta por el modele derrochador de energía y recursos, y con grave deterioro del paisaje urbano, relativo a segundos pisos, “distribuidores viales” y puentes vehiculares; descuido total de la ingeniería de tránsito, que resulte en mayúsculos congestionamientos cotidianos del flujo vehicular, que hacen perder millones de hora trabajo y provocan mayor contaminación del aire (que existe en materia de ozono, óxidos de nitrógeno, partículas suspendidas, metano, compuestos orgánicos volátiles, aunque la medición oficial de los “imecas!” – atrasada técnicamente – nos asegure que estamos bien; abandono de la calidad del equipamiento del transporte público y sus terminales, que son un asco.
La viabilidad económica de la ciudad a largo plazo está también en entredicho; la evolución económica ocasionó que la Ciudad de México fuera perdiendo las actividades manufactureras ya agrícolas de mayor productividad, y se fuera concentrando en los servicios especializados y, muy especialmente, el comercio, también con un alto valor agregado.
Eso fue natural y multiplicó el empleo ofrecido y las remuneraciones del mismo…hasta cierto límite, hasta llegar a una seria desproporción entre actividades productivas y no productivas; como muestra un estudio hecho ya en 2006 por Ciudadanos en Red, “una gran parte de las actividades económicas en la zona metropolitana del Valle de México no se apega a una visión articulada de la vocación de la metrópoli…a una base de actividades económicas que permitan lograr niveles de competividad y productividad, fundamentados en ventajas sostenibles en el largo plazo”.
Y esto salta a la vista: la metrópoli vive en un altísimo porcentaje del comercio y la publicidad relacionada con el mismo (¡ya inventaron hasta la “publicidad ecológica”!), con lo que ya no se genera suficiente empleo productivo, y los salarios tienden a caer; se multiplican ocupaciones de subempleados que aportan poco a la productividad y cuyos ingresos son simples redistribuciones de ingresos de otras actividades, una especie de economía de la limosna.
Sí, la ciudad es sede de las matrices de muchas empresas nacionales y de representantes extranjeras, pero que cada vez redistribuyen más en todo el país sus actividades sustantivas; sus inversiones, en la contabilidad, pueden tener como destino esta urbe, pero su realización es hecha en otras partes de México.
En septiembre de 2008, el GDF lanzó la promesa de construir cuatro Ciudades del Conocimiento o “clusters tecnológicos”, como “una nueva apuesta para el desarrollo de la ciudad”. La propuesta era lógica, pues la ciudad tiene que encontrar nuevos campos de especialización de alto valor agregado para mantener el empleo y la sustentabilidad económica a largo plazo, pues la política social es un instrumento insuficiente si no va ligada con la creación productiva de riqueza. Casi un año después, en julio de 2009, el Fideicomiso Innova DF, que se encargaría de llevar a cabo el proyecto, estaba en vías de extinción y bajo una auditoría. Agréguense los factores de inseguridad y caos urbano y se vislumbrará mejor el futuro económico incierto de esta ciudad.
ACLARACIÓN
A propósito de mi artículo anterior, en el cual cité un reportaje de Milenio que informaba de un subejercicio del presupuesto de inversiones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, un funcionario de esa dependencia me envió la transcripción de una posterior entrevista con los reporteros de ese diario del subsecretario de Infraestructura, Óscar de Buen Richkarday, donde se aclara que el alegado subejercicio no es tal, pues la comparación de lo ejercido fue hecha por los reporteros son el presupuesto autorizado, sin tomar en cuenta el recorte presupuestal general acordado por el gobierno a mitad del año.
Dado que persisten las dudas al respecto, pues el diputado Pablo Escudero (PVEM) reporta un subejercicio en la SCT de 11 mil 332 millones de pesos; sería importante que esa secretaría publicara un resumen del ejercicio real en los principales rubros de su presupuesto.
También serían muy interesantes para el público las cifras de los montos de inversión hechos por la SCT con base en el mecanismo de Asociaciones Público-Privadas, que, como informa el subsecretario, son inversiones que “están siendo desarrolladas a través de estos otros esquemas y que tienen otra lógica, otra estructuración, otra forma, puesto que están fuera del presupuesto”.
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Otra opinión que les comparto,es ilógico aceptar que se formen núcleos de población en zonas de » ALTO PELIGRO «,digamos barrancas,causes de arroyos,que con las lluvias se convierten en ríos,tambien en zonas ubicadas en niveles abajo de los causes de canales de » aguas negras». Esto pasa aquí por la C O R R U P C I O N ,que tristemente NUNCA erradicaremos. Es ilógico tambien que los diversos partidos politicos cada uno en su tiempo permitieran y permiten que la genta INVADA terrenos y con el paso de los meses y años,dichos gobiernos permitan regularizar esos inmuebles. Miren mientras aquí exista el AYUDAME ,QUE YO TE AYUDARÉ,cuando suba al PODER.
El día que los mexicanos nos unamos todos pero para el BIEN del País y no para ciertos partidos, esto va a cambiar, lástima que yo por lo menos no lo voy a ver.
Los gringos entre otra cosas,son un gran PAIS,porque sin importar si gana el ELEFANTE ó EL BURRO ,el Pais marcha y es la GRAN POTENCIA.