Muchos estamos familiarizados con la aseveración de que invertir en las mujeres no sólo es hacer lo correcto sino que también es una decisión inteligente. Invertir en la educación y la salud de mujeres y niñas redunda en uno de los rendimientos más altos de todas las inversiones para el desarrollo: se reduce la mortalidad materna, los niños y niñas son más sanos, reciben mejor educación y se incrementan los ingresos de los hogares.
Cuando estas oportunidades mejoran para las mujeres, ellas adquieren voz propia y son capaces de trabajar, teniendo como meta obtener el respeto que se merecen de ser tratadas como iguales en la sociedad. El próximo 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, comunidades alrededor del mundo celebrarán los asombrosos avances que las mujeres han logrado con miras a alcanzar la igualdad.
Esta fecha es una ocasión para reconocer los hitos históricos que se han alcanzado hacia la igualdad de género, así como para honrar la determinación con la que diariamente mujeres y niñas continúan haciendo esfuerzos para ser escuchadas y hacer posibles sus aspiraciones, muchas veces haciendo frente a adversidades de todo tipo o asumiendo enormes riesgos, incluso para su integridad física. Pero aun cuando se ha avanzado muchísimo en mejorar la condición de las mujeres desde que se celebró por vez primera este día en 1911, todavía queda mucho por hacer.
En Australia, la celebración del Día Internacional de la Mujer estará enfocada en el lema “Apoyando el empoderamiento económico de las mujeres”. El año pasado el gobierno de mi país anunció el nombramiento de la primera Embajadora Global de Australia para las Mujeres y las Niñas, y nos complace estar colaborando con organismos como ONU-Mujeres para fomentar el progreso económico a lo largo y ancho de nuestra región geográfica y el resto del mundo.
El gobierno de Australia ha ubicado a las mujeres en el centro mismo de nuestras políticas y programas para el desarrollo, brindando a mujeres acceso a los mercados, al capital y a las aptitudes y el conocimiento, y trabajando para asegurar que cada niña alrededor del mundo pueda asistir a la escuela.
Porque es ahí donde todo inicia: con nuestras niñas.
Estudios científicos evidencian que las niñas corren un mayor riesgo que los niños de padecer desnutrición, ser obligadas a casarse a una edad muy temprana, ser sujeto de violencia o intimidación y de trata de personas, ser vendidas como mercancía, ser obligadas o forzadas a ejercer el comercio sexual, o contagiarse de VIH.
Por otra parte, invertir en niñas y mujeres jóvenes tiene un efecto desproporcionadamente positivo en mitigar la pobreza para todos los integrantes de la sociedad. Las niñas mismas, sus familias, comunidades y países enteros se benefician por igual.
Por ello es tan importante que nuestras mujeres jóvenes participen en las actividades que tienen lugar con motivo del Día Internacional de la Mujer, para que así ellas tengan la oportunidad de interrelacionarse, motivarse e inspirarse mutuamente.
Hoy todos debemos renovar nuestro compromiso de responder con fortaleza, valentía y creatividad a los muchos retos actualmente en curso y que debemos enfrentar. También debemos celebrar la oportunidad de trabajar juntos —traspasando culturas, religiones y convicciones políticas— para lograr un verdadero empoderamiento político, económico y social para todas las mujeres y niñas.
A medida que nos aprestamos a celebrar el Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo deseo expresar a cada uno de ustedes mis mejores deseos en la vital tarea por realizar, para que un día nuestras hijas y nietas celebren el futuro que hemos vislumbrado y logrado hacer realidad para ellas.
Fuente: Excelsior.com.mx
Por: Katrina Cooper.
Publicado: 28 de febrero de 2012.
