Fue en el año 2000 cuando, por parte de 189 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se aprobó la Declaración del Milenio que recoge una serie de objetivos y metas de desarrollo internacional a alcanzar para el año 2015.
Dichas metas son cuantificables y cuentan con plazos definidos que el mundo se ha fijado para eliminar la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades, para promover la igualdad entre los géneros, la educación y la sustentabilidad ambiental.
Varios países han obtenido resultados muy buenos en la lucha contra la pobreza extrema y el hambre, una mejor matrícula escolar y salud infantil.
Asimismo, algunos han alcanzado grandes avances en la ampliación del acceso a agua apta para el consumo, acceso al tratamiento del VIH y la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales desatendidas.
Sin embargo, de acuerdo al informe de febrero de 2010, que da seguimiento a los resultados de la Cumbre del Milenio, los progresos han sido dispares y, si no se hacen esfuerzos adicionales, es probable que muchas naciones no alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Aquí los resultados del citado informe.
Progresos poco alentadores. Si se utiliza el parámetro internacional de pobreza de “1 dólar por día” del Banco Mundial, sustituida en 2008 por el valor de 1.25 dólares por día a precios de 2005, precisamente en ese año había todavía mil 400 millones de personas que vivían en condiciones de pobreza extrema, número que había disminuido si se toma en cuenta que en 1990 eran mil 800 millones.
No obstante, si se considera que la mayor parte de esta disminución se ha registrado en China y si se deja de lado este país, los progresos no han sido muy alentadores.
El número de personas que padece hambre ha aumentado desde 1995, a pesar de los progresos hechos previamente.
Además, no existe un plazo fijo para la meta de asegurar empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos y no hay ningún país que pueda decir que la ha alcanzado.
Para alcanzar la meta será necesario crear 300 millones de empleos nuevos durante los próximos cinco años para volver a los niveles de desempleo anteriores a la crisis económica y financiera de 2008.
La tasa de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad ha subido más rápidamente que la tasa general de desempleo en todo el mundo, llegando al 14 por ciento el año pasado.
Trabajo por hacer. Progresos notables se han registrado en el logro de la enseñanza primaria universal en los países en desarrollo desde el 2000 y la diferencia entre los géneros en la matriculación en las escuelas primarias se ha reducido durante el último decenio, pero con lentitud.
Aunque la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo ha aumentado, todavía hay diferencias importantes entre los géneros en la tasa de participación, los niveles de empleo y las remuneraciones. Es una realidad que las mujeres siguen haciendo la proporción mayor del trabajo no remunerado.
Mejoras relativas a la salud es la reducción del número de muertes entre niños de menos de 5 años de edad, pasando de 12.5 millones por año en 1990 a 8.8 millones en 2008.
En contraste, el acceso a los servicios de salud reproductiva sigue siendo deficiente en los lugares donde los peligros para la salud de la mujer son mayores.
Se ha registrado una disminución en la frecuencia de embarazos entre las adolescentes, sobre todo en los países en que relativamente era baja, pero en muchos ha persistido una fecundidad alta entre las jóvenes.
La meta de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable ha tenido algún progreso, pero la proporción de personas sin mejores servicios de saneamiento disminuyó solamente 8 puntos porcentuales entre 1990 y 2006.
En 2005, una de cada ocho muertes de madres registradas fue causa de abortos peligrosos.
Medio ambiente. Los impactos más graves del cambio climático los experimentan los grupos vulnerables que menos han contribuido a crear el problema.
Para lograr revertir el problema, será necesario un apoyo y solidaridad internacionales mucho mayores.
La crisis actual. Hasta ahora, las medidas tomadas en respuesta a las crisis financiera y económica mundiales han prevenido una recesión más profunda, pero todavía no constituyen una solución sostenible a largo plazo.
Habrá que reformar la estructura financiera mundial, de tal forma que se asegure que los mercados financieros sean menos inestables y más previsibles. Al mismo tiempo, estas iniciativas tendrán que formularse correctamente para que también ayuden a promover tanto las inversiones como la demanda privada.
Violencia, su prevención. Una verdad, los riesgos de desastres aumentan en todo el mundo y se concentran en gran medida en los países de ingresos bajos y medios.
La violencia armada y los conflictos y el deterioro del Estado de derecho, la justicia y la seguridad son una amenaza grave para la seguridad humana y para los progresos que tanto ha costado alcanzar en relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Una vez solucionados los conflictos, es importante promover el Estado de derecho, la justicia y la seguridad.
Grupos más vulnerables. La evaluación de los objetivos del milenio hace énfasis en la necesidad de ocuparse particularmente de las necesidades especiales de los grupos más vulnerables. Entre ellos:
a) Los niños de los hogares pobres, las zonas rurales y los barrios marginales.
b) Los niños muy pequeños.
c) Los miembros de grupos indígenas
d) Los niños que viven con el VIH y han perdido a uno o ambos progenitores a causa del virus.
e) Las 42 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo.
Fuente: La Crónica – crónica especial, p. 15
Autor: Carlos Daniel Medina
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