Por: Emilio Guerra Díaz
El Encuentro Tras El Fondo que se realizó hace algunos días en Puebla por iniciativa de la Fundación Majocca. Reunió a fundaciones donantes e instituciones operativas con el ánimo de facilitar el diálogo entre empresas y sus fundaciones que tienen presupuestos para inversión social y las organizaciones civiles, cuyo talento les permite desarrollar proyectos sociales para atender diversas problemáticas comunitarias.
Una de las conferencias se dedicó a compartir con el auditorio algunas de las motivaciones por las que la empresa privada invierte recursos en la sociedad. Sin embargo se reconoció en ese espacio que las instituciones filantrópicas no realizan un trabajo previo para conocer los intereses de las corporaciones para establecer algún tipo de alianza. Entre los elementos que sería conveniente analizar para establecer una adecuada relación de socios en filantropía, entre empesas e instituciones filantrópicas consistiría en:
Comprender el rol de la empresa en la comunidad, aunque esto parece obvio, muchas OSC construyen una visión negativa y prejuician el papel que podría tener la inversión social empresarial y por lo tanto no generan oportunidades para asociarse. Dentro de este aspecto, muchas organizaciones no sólo no comprenden qué es la Responsabilidad Social Empresarial y sólo demandan donativos a las corporaciones y no advierten el abanico de posibilidades de asociarse.
En esa perspectiva se hace necesario que la OSC realice una prospección de la empresa, conozca qué áreas son de su interés, conocer la problemática coyuntural y estructural por las que esté pasando que le permita a la institucón filantrópica vislumbrar acciones que impulsen un beneficio para la OSC, sus beneficiarios y las empresas. La OSC tendrá un trabajo más efectivo si comprende que la empresa, en una buena práctica, todo lo mide y por lo tanto es necesario incluir en los proyectos estos indicadores en los proyectos, éstos pueden ser tanto cualitativos, como cuantitativos.
Quedó claro en este foro que la empresa puede aportar mucha más riqueza que solo donativos. Puede involucrar a sus empleados como voluntarios, a sus directivos como mentores y puede transferir habilidades, herramientas y capacidades empresariales a las instituciones para su fortalecimiento institucional y mejor desempeño, mejorar sus planes de procuración de fondos o mejorar sus servicios.
La relación Empresas-OSC debe concebirse como un trato entre socios, pero es muy importante que las instituciones filantrópicas comprendan el ritmo y los tiempos de la empresa. Éstas requieren en muchas ocasiones asertividad, contundencia y un desempeño pragmático por parte de sus socios OSCs. Las instituciones lograrán una mejor comunicación cuando contemplen medir y analizar el fruto de su trabajo: cuál fue el impacto social en correlación con el costo-beneficio del proyecto. A la empresa hay que decirle en qué reditúo su inversión.
Finalmente es importante considerar que las OSC, para impulsar a las empresas como sus aliados, que sus proyectos presenten presupuestos viables, razonables y alineados a las actividades que se contempla realizar puesto que en diversas ocasiones las instituciones conjugan diversos aspectos de su administración con los objetivos particulares de sus proyectos.
Facilitar el encuentro entre OSC y empresas, para construir un lenguaje común de inversión social es uno de los propósitos de este espacio. Tras El Fondo resultó una exitosa iniciativa por el diálogo y mutuo entendimiento. Este objetivo se logró entre los participantes.
Emilio Guerra Díaz
Sociólogo, articulista en diversos medios impresos desde 1988. Ha colaborado en el sector filantrópico por más de 20 años. Es Voluntario desde 1989. Autor del libro “La política de planificación familiar del estado mexicano”, UAM-Xochimilco, 1991. Consultor en Desarrollo Institucional para OSC. Fue subdirector de la Fundación Cultural Bancomer y Director de Información y Servicios del Cemefi. Actualmente es Gerente de la Fundación ADO.