Si estás en busca de trabajo nuevo o te encuentras desempleado, seguramente entenderás que esa no es la mejor posición para tener un ánimo alto. Sin embargo, hay algunas personas que pueden aprovechar esa situación para estar de buenas. ¿Quiénes son?
Los desempleados de Finlandia podrán recibir un «ingreso básico» como parte de un experimento socioeconómico. Desde enero de 2017, dos mil ciudadanos de este país que no tienen empleo recibirían 560 euros al mes durante dos años, sin condiciones, y el gobierno estudiaría la forma en que el dinero afectó sus vidas.
Con este experimento se pretende analizar quiénes aprovecharon el dinero, qué le hicieron, en qué invirtieron y ahora cómo el nivel socioeconómico de esas personas está al cabo de dos años de experimentación.
¿Te imaginas lo que sería recibir 560 euros al mes? Sin condiciones, sin trabajo, ¿Qué harás?
El objetivo del experimento también es ver si es viable en un mundo de trabajo.
Fueron más de 2 mil personas a las que les llegó una carta del Instituto de la Seguridad Social Nacional. Cada uno de ellos recibiría esta prueba, el único requisito es que se tuvieran dos criterios: encontrare desempleados y tener entre 25 y 58 años de edad. El dinero que percibirán será 100% libre de impuestos.
La jefa del departamento Legal de Kelam Marjukka Turunen, dice que el experimento realizado en Finlandia persigue dos objetivos:
«Dar la vuelta al sistema de incentivos económicos para que los desempleados busquen trabajo y simplifiquen la mastodónica maquinaria burocrática que se ha ido creando»
Al entregar el dinero a los seleccionados, se quiere acabar con el circulo «vicioso» en el que varios desempleados caen, pues rechazan los trabajos a los que pueden optar con mayor facilidad, en su mayoría con malas condiciones.
Dar dinero sin exigir nada a cambio
Finlandia también lucha con la idea de dar dinero a la gente sin exigir nada a cambio. Entre los comentarios, el más común es el de: «Es frustrante, dicen que la gente de ingreso básico es floja».
La confianza es quizás el aspecto más radical del ingreso básico. Dar dinero exige que el gobierno tenga fe en que las personas saben lo que es mejor para ellas, que tengan, en general, suficiente inteligencia y previsión para aprovechar al máximo esos recursos.
El ingreso básico, se trata de una idea la cual podría reducir la pobreza y la desigualdad, además de potencializar la libertad individual.
En los años ochenta los progresistas finlandeses empezaron a preguntarse si el ingreso básico universal no era la forma de combatir la pobreza y la desigualdad producidas por el derrumbe del empleo en la industria.
Después de ser analizada la propuesta, el gobierno ya no lo quizo hacer, debido a que «no apuntaba a liberar a los pobres o al combate a la desigualdad».
