Fairtrasa exporta los productos de unos 15,000 pequeños agricultores a Estados Unidos y Europa.
Patrick Struebi tenía una carrera en ascenso en una firma global de compraventa y producción de materias primas y alimentos. Sus días pasaban entre aeropuertos y hoteles, lejos de Suiza, su país de origen. En un viaje a Perú, en 2002, presenció el despido masivo de los empleados de una mina. Allí, Struebi dice que supo que ya no quería ser parte de un proceso que «hacia a los ricos más ricos y a los pobres más pobres».
Struebi renunció a su trabajo y tomó un año sabático en México. Un año después, en Michoacán, vio la oportunidad de comprar aguacate para venderlo en Europa. Quería, dice, que las ganancias se quedaran en manos de los productores del país.
Así, fundó en 2005 Fairtrasa, una compañía intermediaria entre agricultores y empresas de retail que opera bajo el modelo de comercio justo. Paga hasta el doble que otros, como los coyotes, que son conocidos por su malas prácticas.
La firma ofrece servicios para todo el proceso de exportación. Certifica a los agricultores para que puedan vender en Estados Unidos y Europa. Les ayuda a colocar su producto y se queda con 1.5% de la utilidad. Incluso, tiene sus propias importadoras en tres de los puertos clave de Europa.
Hoy, agrupa a unos 15,000 productores de México, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Kenia y Turquía. En el país trabaja con cerca de 1,000 agricultores de aguacate, toronja, limón y mango de Michoacán, Colima, Veracruz y Puebla, entre otros.
Las ventas de alimentos orgánicos mexicanos alcanzaron 82 millones de dólares, en 2012, según Fairtrade International, un organismo regulador del comercio justo que agrupa a más de 1.4 millones de agricultores en el mundo.
Jesús Muñoz representa a 15 productores de mango orgánico de Zamora, Michoacán, que trabajan con Fairtrasa. «Cuando dan un precio ( … ) lo cumplen», dice. «Otros prometen 10 pesos y a la mera hora nos dan 6».
Fairtrasa remunera mejor a los agricultores, pero el cliente final llega a pagar más de 10 veces el monto que recibió el productor.
La cooperativa de Muñoz recibe entre 5 y 10 pesos por kilo de mango orgánico. Los consumidores pagan hasta 12 dólares por ese producto en los supermercados europeos y estadounidenses.
El comercio justo no está regulado en México, dice Sandra Laso, coordinadora de Campañas de Oxfam México, una organización internacional que combate la pobreza. «No existen las políticas para garantizar la trasparencia y que (los precios) sean justos», señala.
Muchas personas ven estos modelos de negocios como filantropía y no como generadoras de valor, opina Alfredo Villafranca, académico del ITAM.
Struebi sigue repartiendo su tiempo entre hoteles y aviones, pero ahora es diferente, dice. «Ahora tiene sentido».
Patrick Struebi [46 años]
Empresa: Fairtrasa
Inicio de la empresa: agosto de 2005 Número de empleados: 100
Facturación en 2013: 30 millones de dólares
Cómo gana dinero
Fairtrasa exporta los productos orgánicos de unos 15.000 pequeños agricultores de seis países. A través del modelo de comercio justo, vende sus productos en Estados Unidos y Europa, entre otros.
Retos principales
Reto: Por la crisis económica mundial, en 2007, Struebi enfrentó dificultades para llevar sus productos a Europa, su principal mercado.
Solución: Eliminó las importadoras de su cadena de suministro y creó las propias en tres de los principales puertos europeos.
Reto: Los productos agrícolas, la materia prima de Fairtrasa, dependen de factores climatológicos que no puede controlar. Esto puede afectar sus finanzas
Solución: Cada año, la empresa asegura las cosechas y paga unos 400.000 dólares en pólizas En 2013, no utilizó el seguro, pero en 2012, sí, debido a fuertes lluvias y retrasos con las navieras
Fuente: Revista Expansión