Este es un año en el que la RSE toma fuerza. Luego de un 2017 de denuncias de acoso sexual y discriminación, 2018 se ha convertido en el momento en que empresas y organizaciones de la sociedad civil miran de frente a sus grupos de interés para decir qué harán al respecto. Guardar silencio no viene bien, tomar acción es el único camino posible; así que vale la pena echar un ojo al futuro de la RSE.
Es así que a medida que transcurre el 2018, las empresas encuentran nuevas oportunidaes, avances y retos para gstionar us operaciones desde la responsabilidad social. Se trata de un buen momento a nivel histórico para poner el foco en el impacto social y ambiental, tomando acciones para mejorar.
Cambridge: Este es el futuro de la RSE
El mundo entero enfrenta entonces un desafío singular: Cómo proporcionar agua y recursos naturales a una población que podría llegar hasta los nueve mil millones de habitantes para 2050, mientras esta se adapta a un clima más cálido y mucho menos predecible.
La Universidad de Cambridge ha querido responder esa incógnita y contribuir a hacer frente a este reto. A través de su Instituto de Liderazgo en Sostenibilidad (CISL) busca facultar a líderes empresariales y políticos para hacer los ajustes necesarios en sus organizaciones.
Más de 8,000 profesionales y líderes empreasriales forman parte de la red entre el sector público y la sociedad civil, en todas las industrias y continentes.
Es en este instituto que, de la mano con investigadores multidisciplinarios, la universidad ha fomentado el intercambio de ideas, trascendiendo los límites tradicionales para generar un nuevo pensamiento orientado a soluciones.
En su informe 8 tendencias de negocios y sustentabilidad que definen el 2018, la institución condensa las visiones y previsiones de más de 40 directores y empresarios afiliados.
El informe se basa en el conociiento y la experiencia de la RED CISL para identificar algunas de las tendenias de sostenibilidad que loslíderes corporativos deben conocer. Todo afin de impulsar un cambio significativo que conduzca a una economía global más sostenible.
- La volatilidad es la nueva norma: de las tecnologías disruptivas a la incertidumbre política, el futuro es caótico y está aquí para quedarse.
- Sostenibilidad para dar forma a la empresa: la creciente conciencia pública de los problemas de sustentabilidad y las brechas de liderazgo político abrirán cada vez más el camino para que las empresas asuman el desafío del liderazgo sostenible y lideren, se adapten o fracasen.
- Pérdidas y daños permanentes por condiciones climáticas extremas: después de los eventos climáticos sin precedentes de 2017, las ciudades, países y pueblos vulnerables enfrentarán eventos climáticos más extremos y perturbadores, con el potencial de afectar los negocios a través de la cadena de valor y los activos desamparados, y contribuir a disturbios.
- Humano frente a máquina: los niveles crecientes de automatización no solo comenzarán a transformar el futuro de los negocios sino también el futuro del trabajo.
- China y el cambio global hacia el este: la reelección del presidente Xi Jinping le ha dado estabilidad a China en un mundo turbulento y ha reforzado el mandato del estado para enfrentar el cambio climático en un momento en que otros líderes mundiales han vacilado en la sostenibilidad.
- El final de una era para los plásticos: el envasado se convertirá en un campo de batalla clave para abordar los impactos ambientales de las empresas en los océanos, la tierra y el aire.
- Un año decisivo para la transparencia: Anticipándose a las recomendaciones para informar los riesgos financieros relacionados con el clima del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD), empresas como ExxonMobil han enfrentado presiones de los inversionistas y del público para mejorar voluntariamente la divulgación de riesgos. Esto podría disparar el arma para una mayor transparencia en otras partes de los negocios, tales como el pago de ejecutivos, la igualdad de género y los acuerdos fiscales.
- La vida después del carbón: la revolución energética está alcanzando su clímax ya que el cambio a fuentes renovables y electricidad es imparable.