Estamos casi en 2020, en la cúspide de una década que amenaza con gran incertidumbre, volatilidad y sufrimiento.
La ventana de oportunidad para crear un mundo sostenible, en el que las personas de todo el mundo puedan llevar una vida satisfactoria en un planeta sano, parece más estrecha que nunca. ¿Cuál es el futuro de la sustentabilidad? Este reporte de Forum for the Future explica las áreas de cambio para el futuro de la sustentabilidad.
El futuro de la sustentabilidad: 7 áreas de cambio
1. El contragolpe de los plásticos
Vivimos en un mundo plástico, y lo hemos hecho durante décadas.
Este material ligero, impermeable, duradero y barato se encuentra en los productos electrónicos, automóviles, aviones, ropa y todo tipo de embalaje imaginable. Es tan barato que lo tiramos sin pensarlo.
Como resultado, los plásticos y microplásticos se están vertiendo en los sistemas de agua del mundo, enterrados en los suelos, tendidos en el fondo del océano, infiltrándose en los ecosistemas vírgenes. También hay microplásticos en tus órganos internos, en la comida que acabas de comer y en el aire que estás respirando.
Ooho es una bolsa de agua que se puede comer junto con su contenido, proporcionando una alternativa a las botellas plásticas de agua. La bolsa está hecha de materiales vegetales derivados de algas marinas y otros materiales vegetales, tiene un bajo impacto ambiental y es más barata de producir que el plástico.
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2. La migración y la crisis climática
La migración llegó a su punto más alto desde la Segunda Guerra Mundial en 2018 y el cambio climático se convertirá en su principal impulsor en los próximos años, lo que podría desencadenar una crisis humanitaria.
La posibilidad de disminuir el calentamiento a 1.5°C, lo que requerirá cambios sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad y todavía verá la pérdida del 70-90% de los arrecifes de coral, según el informe del IPCC. Ya, a 1°C por encima de las temperaturas preindustriales, estamos viendo incendios, incluso en el Ártico, que registran inundaciones, tormentas, olas de calor y olas de frío.
Después de experimentar sequías consecutivas, ciudades como Cape Town y São Paulo, casi se quedan sin agua y continúan en alto riesgo en los próximos años.
Cape Town tenía menos de 90 días de agua disponible en sus reservorios en enero de 2018, y el consumo personal de agua se limitó a 87 litros por día.
3. El nacionalismo marcha de nuevo
Los gobiernos y el sentimiento nacionalistas están aumentando en todo el mundo. Podemos estar abandonando la era globalista y pasar a un período de fragmentación y competencia. Si es así, navegar por esta narrativa divisiva será crucial para una acción efectiva sobre la sostenibilidad.
En todo el mundo, los movimientos nacionalistas están ganando terreno, y en 2018 esto se aceleró.
- El líder nacionalista de Hungría, Viktor Orbán, fue reelegido para un cuarto mandato en una plataforma contra la inmigración
- El nacionalista Jair Bolsonaro se convirtió en el presidente de Brasil
- Recip Erdoğan fue reelegido en Turquía.
4. La vida en línea
La mitad del mundo estará en línea en 2019. Este espacio casi no regulado se nutre de nuestra atención, nos lleva a cámaras de eco y podría tener algunas consecuencias graves para la sociedad y nuestra capacidad para crear un cambio.
Cada vez vivimos más en línea. Nuestras vidas en línea nos brindan innumerables oportunidades para aprender, innovar, acceder a consejos y mucho mas.
Pero hay indicios de que vivir perpetuamente conectado trae consecuencias no deseadas. El lado oscuro se expresa en la política, la salud mental, las adicciones a la pantalla y la cohesión social. Todo se trata de seguir desplazándonos, observando, dando clicks, checando notificaciones.
A principios de este año, WhatsApp agregó etiquetas para indicar cuándo se reenvió un mensaje, en parte como respuesta a noticias falsas sobre rumores de secuestros de niños difundidos a través de WhatsApp, lo que llevó a una serie de linchamientos en India. La compañía ahora está imponiendo límites a cuántos grupos puede enviarse un solo mensaje.
5. El auge de la democracia participativa
A medida que se intensifica el debate globalista contra nacionalista, los ciudadanos y los gobiernos están experimentando con nuevas formas de unirse y tomar decisiones, un antídoto local para los problemas globales.
La democracia participativa se refiere a un sistema que trata de maximizar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones. El ejemplo más famoso es la ciudad de Porto Alegre en Brasil, que comenzó a involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones presupuestarias en 1989.
Desde entonces, alrededor del 10% de la población de Porto Alegre de 1.5 millones ha participado, incluyendo un número desproporcionado de los distritos más pobres, y esto ha conducido a mejoras en la prestación de servicios, a un cambio en el gasto hacia la atención social y de salud, y a una disminución en la evasión fiscal.
Cities4Europe es una red de ciudades que busca encontrar formas de involucrar a los ciudadanos en el proceso democrático en el período previo a las elecciones al Parlamento Europeo en 2019.
6. Consumismo cambiante en Asia
El consumismo, o la creencia de que comprar bienes sin importar la necesidad es algo bueno para las personas, la sociedad y la economía, tiene un control tenaz sobre un número creciente de personas en todo el mundo.
Si bien los medios de subsistencia y la riqueza creados por el consumismo han ayudado a millones de personas a salir de la pobreza, en todo el mundo los estilos de vida con recursos y extrusión de residuos están ejerciendo una presión sin precedentes en el frágil planeta y aumentando el cambio climático.
Según la tasa actual, Asia podría representar el 59% del consumo mundial de clase media para 2030. A pesar de la reciente desaceleración, China sigue liderando el camino, pero con otras economías como India, Japón, Corea del Sur y Tailandia acelerándose, alimentado por un atracón de crédito al consumo.
Starbucks reveló sus planes para abrir una nueva tienda en China cada 15 horas hasta 2022. A partir de 2018, tenía más de 3,000 tiendas en 136 ciudades, y en la actualidad no ha anunciado ninguna estrategia para administrar la gran cantidad de tazas y pajitas que habrá generado.
7. Biodiversidad en caída libre
Estamos experimentando un sexto evento de extinción masiva que socava los sistemas naturales de los que depende nuestra supervivencia como especie. Hay signos de restauración y enfoques regenerativos, pero necesitan unirse y una adopción generalizada para tener un impacto duradero.
En 2014, los científicos advirtieron que estamos en medio de una sexta extinción masiva, con extinciones que se producen 1.000 veces más frecuentemente ahora que en los 60 millones de años anteriores a la llegada de los humanos.
Las especies no existen de forma aislada, por lo que no debemos sorprendernos ante la evidencia del colapso del ecosistema que surgió en 2018.
En los bosques tropicales de Puerto Rico, los científicos informaron que la biomasa de insectos y bichos ha disminuido en 60 veces desde la década de 1970 mientras que las temperaturas allí subieron 2°C. También vieron pérdidas similares en las poblaciones silvestres de lagartijas, ranas y aves.
La biodiversidad es crítica para todos los sistemas de soporte vital de la Tierra. El aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos, el delicado equilibrio de nuestra atmósfera.
Si bien su valor intrínseco no se puede medir, los servicios que brindan los ecosistemas tienen un valor estimado de US 125 billones dólares al año.
La biodiversidad también ofrece un catálogo de soluciones a los desafíos globales, un potencial que apenas hemos empezado a comprender: el 70% de las especies en el planeta aún no se han descubierto.
El cambio climático forzará a cientos de especies marinas a mover rangos para mantenerse dentro de temperaturas tolerables cuando el mar está caliente. Las especies, tanto marinas como terrestres, ya están adaptando su comportamiento y patrones de migración en respuesta a un entorno cambiante.
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En conjunto, estas siete áreas tienen grandes implicaciones sobre cómo, incluso si, somos capaces de abordar los desafíos globales. Los desarrollos positivos abundan, pero los profundos cambios en la mentalidad y las actitudes representadas por el auge del nacionalismo, el crecimiento del consumismo o el surgimiento de la vida en línea están empujando en la dirección opuesta.
