A medida que los gobiernos de todo el mundo aumentan sus compromisos para abordar el cambio climático, se vuelve imprescindible identificar las oportunidades que deben aprovecharse y los desafíos a superar en la transición hacia la economía neta cero.
Uno de ellos es el futuro de los empleos verdes, es decir, aquellos enfocados en la descarbornización. De acuerdo con El Economista, en los siguientes años se plantea que actividades como la agricultura, las energías renovables, la silvicultura, la construcción y la manufactura, impulsen 22.5 millones de puestos laborales. En este contexto, es esencial preguntarse cómo pueden los empleos verdes integrarse en la economía de forma que no excluyan por falta de habilidades, ni amplíen la brecha laboral.
Habilidades verdes y perspectiva de género
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para 2050, más del 80% de los nuevos empleos se darán en sectores dominados por hombres, a menos que estas desigualdades estructurales sean abordadas por los gobiernos.
Aunado a ello, la demanda de habilidades relacionadas con la economía verde está aumentando. Ello sugiere que existe una gran necesidad de capacitar y mejorar las cualidades profesionales con enfoques ambientales y sostenibles.
Pero, en este sentido, abordar el cambio climático y las medidas para una transición al mercado laboral del futuro requiere una política que incluya perspectiva de género —reconocer que, históricamente, las mujeres han tenido oportunidades desiguales basadas en las diferencias biológicas —, pues de no actuar ahora, se corre el riesgo de profundizar aún más la injusticia.
Muestra de ello es que previo a la COVID-19, el 32% de los puestos de trabajo en el sector de las energías renovables era desempeñado por mujeres, de esas plazas el 63% estaba concentrado en Asia, mientras que existía muy poco margen en América Latina y el Caribe.
El futuro de los empleos verdes ampliará la brecha laboral
La plataforma social de empleo, LinkedIn, señaló recientemente que el aumento por talento verde creció un 40% en los últimos seis años y que este incremento ha visibilizado brechas importantes, la más grave quizás, por género.
“Nuestros datos muestran que tenemos desigualdades que persisten no solo entre países sino también a lo largo de las líneas de género, demográficas y educativas”.
En 2021, había 62 mujeres por cada 100 hombres considerados talentos verdes, dato que no ha tenido modificaciones desde el 2015.
Aún con una transición a la descarbonización, la igualdad salarial es imprescindible para construir un futuro sostenible. En México, en el cuarto trimestre de 2021, las mujeres reportaron un ingreso de 49.40 pesos por hora y los hombres de 54.10 pesos.
Son ellas, los pueblos indígenas, personas afrodescendientes y con discapacidad las más afectadas “por las perturbaciones ambientales, económicas y sociales ocasionadas por el cambio climático”. Al mismo tiempo, estos grupos son quienes realizan más acciones en defensa del medio ambiente.
¿Son los empleos verdes buenos trabajos?
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) refiere que si bien en el futuro de los empleos verdes contribuirán a preservar y restaurar el entorno, esa transición tendrá efectos devastadores en las economías.
«Se destruirán 7.5 millones de empleos en la electricidad, la extracción de combustibles fósiles y la producción de alimentos de origen animal».
Banco Interamericano de Desarrollo.
¿Es posible revertir estas pérdidas? Al respecto, el BID sugiere que sin políticas para reubicar a las y los trabajadores, así como crear empleos sostenibles, de muy poco servirá alcanzar el cero neto.
Así es posible transitar al futuro de los empleos verdes…
El paso hacia emisiones cero netas es una oportunidad para incrementar las vacantes. Si los gobiernos se enfocan en cerrar las brechas en oportunidades verdes, es posible impulsar la inclusión de las mujeres, así lo explican Monserrat Bustelo, Karen Martinez, Agustina Suaya y Sofía González Prieto, economistas del BID y autoras del artículo Empleos verdes: Oportunidades para las mujeres en la región.
Aunado a esto, la creación de empresas de mujeres, basadas en recursos naturales, utilizando tecnologías para el aumento de la producción agrícola, que lideren la gestión del agua y la tierra, la producción de biocombustibles y la protección de los bosques, puede gestar el cambio.
Avanzar en el seguimiento y análisis de datos representativos del futuro de los empleos verdes, permitirá que los sectores instauren medidas y políticas para realizar una cambio equitativo y justo hacia el cero neto.
Buen día, sin duda debe existir equidad de género sin importar el sector el hombre como la mujer es su derecho para suplir sus necesidades económicas.