Marcas extranjeras y mexicanas se comprometen cada vez más en materia de compromiso social, cuidado del medio ambiente y sustentabilidad.
En 2008, Perfumería Versailles, subsidiaria de Chanel en México, sorprendía al mundo del lujo al anunciar que sus elegantes oficinas de Santa Fe se mudaban a Naucalpan. Buscaban juntar en un mismo espacio al equipo de ventas y marketing con el de contabilidad y distribución, que ya llevaba un tiempo en este rudo municipio fabril. «Somos una compañía de lujo, pero no podemos darnos el lujo de descuidar la logística y el medio ambiente», deda Guy Bodart, director de la compañía en aquella época. La experiencia, una de las primeras en México en el sector del lujo, ya ha sido imitada por muchas marcas, varias de alta gama.
Otro ejemplo muy tangible del cambio de planes en la industria de la moda fue el de Chopard en 2013, al lanzar el programa Green Carpet Challenge, orientado a la sustentabilidad. Las primeras piezas de esa colección fueron reconocidas como las primeras fabricadas con oro Fairmined -«minería equitativa»-, que certifica que las piedras o metales que integran cada joya se han obtenido de manera sustentable y a un precio justo en minas de América del Sur. Mientras, en el sector gourmet, Nespresso, pionera en el café porcionado, aboga por la optimización del desempeño ambiental. Así, el año pasado, logró el acopio de 78% de las cápsulas utilizadas a través de siete mil puntos de recolección ubicados en todo el mundo. Esto fue posible por el acuerdo firmado con Alucycle, iniciativa que vigila el recorrido del aluminio de las cápsulas, desde la extracción de bauxita y la protección de la biodiversidad hasta lo que ocurre después del consumo del producto.
Mientras algunas etiquetas recién toman conciencia de temas como el compromiso social y ambiental, Timberland, que acaba de aterrizar en México, ya ostenta un buen kilometraje ligado al dogma verde. La compañía no sólo asegura que 70% de su calzado está hecho con material reciclado +llantas, por ejemplo-, sino que al incorporar una sustancia no biodegradable, como el PET, en sus productos, entre 2009 y 2012, se evitó que 78 millones.
Fuente: Revista Life and Style