Antonio Tamayo Neyra
Si bien a todas luces es altamente gratificante y positivo encontrarse una notable cantidad de noticias e información sobre la responsabilidad social en el mundo, creo sin embargo, que todavía es poco en relación al vasto universo de empresas y corporaciones a nivel mundial que todavía ni por asomo la consideran como algo positivo ni mucho menos rentable.
Es un tema que prácticamente no se toca en la agenda política, ya sea en México y el resto de Latinoamérica, y en el ámbito empresarial, el tema es la crisis en todas sus manifestaciones y repercusiones en el corto y mediano plazo y nada más.
Con lo anterior no pretendo soslayar o minimizar los efectos de la crisis en términos de cierre de empresas y desempleo por decir lo menos, sino más bien que la preocupación fundamental para muchos es volver a la situación socioeconómica previa a la crisis, que todo siguiera como estaba antes.
Es obvio decir que los recursos económicos son vitales para cualquier organización y por lo tanto tienen que buscarse y cuidarse, pero aquí es donde resulta interesante el replanteamiento provocado por la misma crisis, la forma de conseguirlos y mantenerlos tendrán que ser ahora diferente.
Querámoslo o no, las consecuencias de la crisis financiera tanto en el propio sector financiero como en el sector real de la economía, más la ascendente conciencia ecológica en términos de sustentabilidad, están señalando de forma reiterada que la manera tradicional de vender, financiarse y operar de cualquier empresa no podrán ser ya de la misma manera; esto que se ha venido viviendo desde el 2008 y el actual 2009, están marcando un antes y un después.
Y es en este punto que a la actual generación de adultos le toca ejercer un papel que considero trascendental y de gran responsabilidad, en el sentido de tener que educar a las nuevas generaciones con una mentalidad diferente; con un sentido social y de sustentabilidad en sus actividades personales y profesionales.
Sería irresponsable el considerar inmutable el estado de las cosas, cuando esta generación actual de adultos es la que precisamente ha vivido múltiples cambios en los campos sociales, económicos y tecnológicos, ejemplos de algunos de dichos cambios son el rol de la mujer en la sociedad, la globalización y la llegada de Internet con todo lo que implica; además de la crisis ya antes mencionada.
La coyuntura actual puede ser un buen comienzo para empezar a decirle a los nuevos profesionistas que en el futuro que les tocará vivir, deberán tener una mayor conciencia y responsabilidad social, dentro de un gran marco de sustentabilidad en sus actividades profesionales.
Que no comentan los mismos errores de su generación anterior que poco hizo en el plano ecológico, y privilegió un individualismo exagerado sin tener en cuenta que es parte de una sociedad, y que por ello es corresponsable de todo lo que suceda en ella.
En suma, que consideren a la empresa como entidad que a través del uso adecuado de sus recursos económicos, es capaz de ofrecer un buen ambiente de trabajo a sus empleados, proteger el medio ambiente, y producir bienes y servicios que demanda la sociedad.
No es cuestión de una quimera o verlo en un sentido poético, sino el crear una nueva conciencia en las jóvenes generaciones de este naciente siglo XXI.
Seguiremos platicando ….
Blog: http://atamayon.blogspot.com/
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.