Algo huele a podrido en Dinamarca. O en el Ártico, en este caso. Greenpeace tiene todos los permisos para recorrer el Ártico con su barco Arctic Sunrise, pero el Gobierno ruso se lo prohíbe. ¿Por qué? La organización ecologista sospecha que se están produciendo estudios para extraer hidrocarburos en la región.
>La Vía Marítima del Norte, la ruta que no dejan usar al barco de Greenpeace, es una importante vía de comunicación para Rusia. Además, debido al calentamiento global, cada vez es navegable durante más parte del año. Según algunos estudios, dentro de unos años, será navegable durante todo el año.
La región, antes inaccesible, está ahora cada vez más ocupada. Claro que sólo por las empresas que el Gobierno ruso permite estar, según sospecha Greenpeace. Y una de estas empresas es la paraestatal rusa Rosfnet, que ha contratado un buque para realizar pruebas sísmicas en aguas del Ártico.
Las pruebas sísmicas se usan para encontrar yacimientos de hidrocarburos. Por tanto, si los encuentran, en el futuro, los explotarán, con el riesgo que supone para la zona y para todo el planeta. El ecosistema ártico afecta a toda la Tierra y un cambio brusco puede llevar a una catástrofe climática global de proporciones nunca vistas. Por otra parte, el mero hecho de realizar las exploraciones a través de pruebas sísmicas daña a las especies que viven en la región.
La empresa Rosfnet trabaja en colaboración con la estadounidense ExxonMobil. Realizan pruebas sísmicas y estudios geológicos en el Mar de Kara (no lejos de la costa siberiana) para extraer crudo en aguas del Ártico. No permitir que entre el barco de Greenpeace sólo tiene un objetivo: que el mundo no conozca los planes de estas empresas amparadas por el Gobierno de Rusia.
Greenpeace denuncia que se está produciendo una violación de la ley internacional, ya que existe un derecho a la libertad de navegación. El Arctic Sunrise es un buque con bandera holandesa. Greenpeace espera que el Ministerio de Asuntos Exteriores e Infraestructura holandés le ayude a luchar contra esta injusticia.
Fuente: Ecologia Verde